Los sindicatos habían avisado que la reunión de ayer para renovar el convenio del metal de la provincia de Pontevedra sería la última y, pasadas las diez de la noche, cumplieron su advertencia. Las patronales Asime, Atra e Instalectra y las centrales CC OO, UGT y CIG fracasaron en su décimo octavo intento de sacar adelante el acuerdo colectivo más importante de Galicia, con 22.000 trabajadores afectados. "Es una situación de ruptura. Nos aboca a un escenario de conflicto", zanjó a FARO el representante de Comisiones, Ramón Sarmiento. La patronal, que no quiso continuar las conversaciones pese a que los sindicatos pretendían retomarlas a las diez de la noche tras una larga jornada de reuniones, replicó que sí quiere negociar. "Llegaremos a un acuerdo, estamos obligados, pero hoy no ha podido ser", se limitó a señalar el portavoz de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime), Enrique Mallón.
Pero, salvo un cambio radical en la postura de los representantes de los trabajadores, los empresarios no tendrán interlocutores y los sindicatos han programado ya su primera movilización. El día 12 las tres centrales marcharán juntas por Vigo para reclamar una solución al conflicto. En esta manifestación decidirán "qué acciones tomar" en las próximas semanas, sin descartar una huelga. "Sabemos cómo están las cosas y que hay sectores que van a atravesar por momentos complicados. Esto no lo desea nadie, pero la patronal simplemente ha tomado la decisión de romper el diálogo", ahondó Sarmiento. La responsable del Metal en UGT, Ana Valiño, también acusó a la parte empresarial de "romper la negociación por primera vez en la historia" tras dejar plantados a los sindicatos en el Hotel Coia de Vigo, donde los esperaban para seguir las conversaciones a las diez de la noche.
De hecho desde los sindicatos aseguran que fue "alguien de fuera" quien frustró ayer las negociaciones. "Por la mañana todos los puntos eran asumibles para la patronal", y el hecho de que la reunión continuase por la tarde "generó expectativas" en el sector, que daba por hecho un acuerdo. "Pero después -según Sarmiento- el tono fue completamente distinto". ¿Qué pasó? Según las centrales, "alguien" dio la orden de paralizar algunos preacuerdos alcanzados por la mañana. "Nos dijeron que las cosas se habían torcido. A partir de ahí lo que antes era negociable pasó a ser inasumible", explica el responsable de CC OO. Este diario trató de contrastar esta versión con la parte empresarial, sin éxito. Para los sindicatos "hay gente que está jugando con la economía de la provincia de Pontevedra", algo que "no vamos a permitir en ningún caso".
Uno de los aspectos que más fricciones generó entre ambas partes fue la revalorización salarial. La patronal proponía una subida del 0,5% para el primer año (2015) y del 0,75% para el segundo, insuficiente a ojos de los sindicatos. "La subida beneficia a los trabajadores fijos, pero aplicar esto a los eventuales supondría una reducción salarial del 1,5%". El 30% de los trabajadores del sector tienen un contrato temporal. Según CC OO, los representantes de las empresas rechazaron propuestas como la acumulación de días de lactancia o la incorporación de la enfermedad profesional dentro de la cobertura del seguro colectivo, que tendría un coste "de tres euros al año" por empleado. "Nos engañaron", arremeten las centrales, que hoy se reunirán para programar qué acciones tomar a partir de ahora.
