A las negociaciones para renovar el convenio del metal de la provincia de Pontevedra, el de mayor dimensión sectorial de toda Galicia -afecta a 22.000 trabajadores-, le quedan pocas horas de vida. Tras 17 reuniones entre los sindicatos CC OO, CIG y UGT y las patronales Asime, Atra, Instalectra y Foncalor, a la representación sindical se le ha agotado la paciencia. "Esta semana va o se terminan las negociaciones. Está todo más que dicho", resalta Ramón Sarmiento, de Comisiones. "Es necesario que haya voluntad de llegar a un acuerdo y la patronal ha estado demasiado tiempo ocupada en otras cosas en vez de avanzar en las negociaciones", agrega, en alusión al conflicto generado a raíz de las elecciones en la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP). Este jueves sindicatos y empresarios están citados en Hotel Coia de Vigo, y será la última vez que se vean las caras si no hay pacto.

Para Sarmiento es "necesario" que ambas partes determinen "hasta qué punto nos podemos permitir mejorar" las condiciones que tienen los trabajadores a día de hoy. Lo que no aceptarán los sindicatos es "ningún recorte" porque, dice el representante de CC OO, "no hubo ninguno durante los peores años de la crisis" y ahora "estamos en los momentos previos a la recuperación". "No vamos a dar por bueno que en 2015 la patronal reivindique planes más agresivos que en años anteriores", si bien reconoce que no todas las empresas amparadas en este convenio están en una situación similar. A nivel salarial, la última propuesta de los empresarios los empresarios era de un incremento del 0,5% en 2015, aunque no tendría carácter retroactivo (se haría efectivo cuando se firmase el acuerdo), y del 0,75% en 2016. Comisiones ha convocado para esta tarde una concentración frente a la sede de Asime para reclamar avances en la negociación del convenio.

Una baja

En la reunión de este jueves faltará el representante de la Asociación de Empresas Instaladoras (Foncalor), que ha decidido abandonar las conversaciones al no considerarse "representada en la composición y actuaciones" de la mesa negociadora. "Estaban porque se había hecho esa concesión, pero no tienen un 10% de empresas en el conjunto del sector del metal ni un 10% de los trabajadores", explicó Sarmiento, que en todo caso atribuyó la decisión de Foncalor a cuestiones internas de la organización.