La empresaria asturiana Carolina Masaveu se erigió en abril de 2014 como una de las tres principales accionistas de referencia en Pescanova SA junto con la familia Carceller y el expresidente Manuel Fernández de Sousa. Se hizo con el 7,133% del capital social de la pesquera por 5.177 euros al adquirir títulos en el llamado mercado gris (o mercado de operaciones especiales), lo que le permitió entrar en el consejo de administración. Su esposo Diego Fontán es administrador único de Crisgadini SL, empresa a través de la cual Masaveu ha canalizado sus inversiones en Pescanova. En febrero de 2014 el capital social de esta firma de inversión -dedicada a la "suscripción o adquisición de acciones de sociedades dedicadas a actividades de carácter empresarial"- era de 3,5 millones de euros, que elevó en enero de este año hasta los 4,5 millones. Pero ahora, a las puertas de la salida a Bolsa de la matriz de la pesquera, Masaveu ha vuelto a engordar el capital de Crisgadini.
Según el Registro Mercantil, el pasado 9 de octubre la sociedad amplió capital en otros 1,5 millones de euros hasta tener seis millones de euros suscritos. Es el mayor aumento de capital que han llevado a cabo Fontán y Masaveu en Crisgadini desde la constitución de esta empresa, en noviembre del año 2010. Aunque Fontán ha mantenido siempre un perfil muy bajo desde su nombramiento como consejero de Pescanova -en mayo de 2014 y en sustitución de Yago Méndez Pascual-, su estrategia ha sido acorde con la del resto del consejo y ha pugnado por que la banca aceptase conceder a los actuales accionistas el 20% de Nueva Pescanova SL sin desembolsar dinero. Su plan, como ya publicó FARO, es de recomprar la multinacional de Chapela "desde dentro". Esta última ampliación de capital en Crisgadini SL se formalizó apenas diez días después de la junta extraordinaria de Pescanova, en la que prosperó la llamada iniciativa del 20% (que siempre habían rechazado los bancos acreedores y defendido los miembros del consejo, entre ellos el propio Fontán).
La idea defendida por los consejeros y por fondos de inversión como Broadbill Investment Partners es de sacar a Bolsa la matriz Pescanova SA en cuanto la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dé el visto bueno, realizar un aumento de capital ya bajo las reglas del mercado y dotar a la empresa -que ya no será una pesquera, sino una sociedad de cartera accionista de Nueva Pescanova SL- de músculo suficiente como para recomprar las participaciones de las que se vayan deshaciendo los bancos o distressed funds (fondos buitre).
Como avanzó este periódico en exclusiva, el núcleo duro de las entidades acreedoras, el llamado G7, ha firmado una cláusula por la que se compromete a permanecer en el accionariado de la firma gallega durante tres años. Si las previsiones del consejo se cumplen es "tiempo suficiente" como para que la matriz, siempre y cuando obtenga el plácet para volver a cotizar, tenga capacidad para superar el 20% con el que partirá de inicio en Nueva Pescanova SL.
