Las antiguas instalaciones de Estaleiros Navais de Viana do Castelo (ENVC), hoy en manos del grupo industrial portugués Martifer, han recuperado su esplendor en un tiempo récord. En poco más de dos años, la factoría ha pasado de la más absoluta inactividad a contar con una cartera de pedidos consolidada de más de 100 millones de euros (con buques en los que están participando industrias auxiliares de la comarca) y a prepararse para la apertura de una filial en Argelia para construir y reparar buques y la reconversión de petroleros en navíos de carga, en alianza con la compañía pública Erenav.

West Sea, como se ha bautizado a la sociedad del grupo Martifer que gestiona ahora las instalaciones (situadas a apenas unos 90 kilómetros de Vigo), ha logrado dejar atrás los problemas del pasado, con una cartera de pedidos en la que se cuentan dos patrulleras oceánicas para la Marina de Portugal, varios ferris para naviera Douro Azul y otros buques (al margen de los trabajos de reparación y transformación naval). Una de las auxiliares gallegas que trabaja para West Sea es la firma de Ponteareas Panelship (Grupo Maderfri), que se adjudicó el contrato de suministro integral de los interiores de dos ferris de más de 70 metros de eslora.

El último paso de la recuperación de la factoría ha sido el acuerdo firmado hace unos días con la empresa pública argelina Erenav para la construcción de un astillero en las costas del país norteafricano, en concreto en la ciudad portuaria de Arzew. La nueva instalación se dedicará a la construcción y reparación naval y a la transformación de petroleros en buques mercantes, y se ha marcado como objetivo alcanzar los 400 trabajadores en un plazo de cuatro años. Para Weast Sea, la nueva sociedad, participada por un 49% por la compañía lusa y por un 51% por Erenav, es un primer paso hacia su internacionalización. La concesión portuaria tiene un periodo de 40 años.

El grupo Martifer se adjudicó en 2013 la explotación de una parte de los terrenos de la antigua ENVC después de que el jurado del concurso público rechazase la otra propuesta finalista, la encabezada por el consorcio ruso AK, por incumplir las condiciones y los plazos en la presentación de ofertas. Martifer, integrada por las compañías Martifer Energy Systems, SGPS y Naval Ría Docas e Reparações Navais, se dedica a las construcciones metálicas y las energías renovables y cuenta con alrededor de 3.000 trabajadores. El grupo portugués lideraba la opción local para adjudicarse los terrenos y las instalaciones. En un principio, la compañía germana Ferrostaal había mostrado su interés para entrar en la puja. Los noruegos de Volstad también habían solicitado el cuaderno de venta, pero finalmente se retiraron.

El Gobierno portugués había anunciado en 2012 su intención de reprivatizar las instalaciones de Viana do Castelo dentro de su programa de ajuste del déficit público, pero el proceso se paralizó durante unos meses tras la multa impuesta por la Comisión Europea (CE) a las autoridades lusas por ayudas ilegales a la empresa pública (Lisboa debe devolver 180 millones de ayudas concedidas entre 2006 y 2010 que no fueron notificadas a la Comisión), aunque finalmente la adjudicación continuó adelante.

Los astilleros de Viana, creados en 1944 y nacionalizados en 1975 después de la caída del régimen de Antonio de Oliveira Salazar, llegaron a emplear a casi 700 personas en sus mejores tiempos y tienen capacidad para construir navíos de varios tipos, entre ellos militares, de pesca y de transporte (ferris, etc.).