El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), el vigués José Manuel Fernández Alvariño, reiterará hoy a los líderes de las cuatro patronales provinciales su oferta para compartir la gestión de la organización y así poner fin al bloqueo que sufre la CEG, que continúa sin aprobar las cuentas de 2014 y el presupuesto de este año, según ha podido saber FARO. Fernández Alvariño se reunirá con Jorge Cebreiros (Pontevedra), Antonio Fontenla (A Coruña), José Manuel Pérez Canal (Ourense) y Jesús Quintá (Lugo) para tratar de acercar posturas y encontrar una solución a las tensiones que sufre la Confederación desde hace más de un año y medio. El propio Fernández Alvariño declaraba ayer en Santiago antes de reunirse con el conselleiro de Economía, Traballo e Industria, Francisco Conde, que confía en "solventar los problemas" internos de la organización y cumplir su mandato de cuatro años, aunque reconoció que "yo no voy a ser ningún obstáculo, por encima de Alvariño está la CEG".
Los apoyos que lograron que en 2013 un vigués recuperase la presidencia de la patronal gallega están hoy en entredicho. Las confederaciones provinciales de A Coruña y Lugo y varias patronales sectoriales no respaldan la gestión del actual presidente, como ha quedado de manifiesto en los sucesivos vetos a las cuentas de 2014 y el presupuesto de 2015, que mantienen paralizada la actividad de la CEG, mientras que las confederaciones de Pontevedra y Ourense siguen confiando en Fernández Alvariño, aunque con cierta división interna. El presidente de la Confederación de Empresarios de Ourense (CEO), José Manuel Pérez Canal, explicó ayer a FARO que espera que el todavía patrón de la CEG presente hoy un "plan de acción" que ayude a desbloquear esta situación y negó que la organización ourensana le haya retirado su confianza.
Los críticos con Fernández Alvariño exigen su dimisión y la convocatoria inmediata de elecciones, pero el presidente de la CEG confía en llegar a un acuerdo de integración. En el encuentro de hoy con los presidentes de las cuatro patronales provinciales -y vicepresidentes de la CEG-, el empresario vigués volverá a poner sobre la mesa su oferta para una gestión compartida de la patronal gallega, en la que las organizaciones provinciales asuman funciones ejecutivas, limitando la actividad del presidente de la CEG a una función más institucional y de representatividad, según ha podido saber este diario.
Fernández Alvariño aseguró ayer pese a todo que sigue encontrándose con "apoyo provincial". "Yo estoy muy fortalecido, y lo que no voy a admitir es una CEG paralizada, por encima de Alvariño está la institución, y eso es lo más importante", indicó en declaraciones a Europa Press. Con todo dejó claro que: "Yo no voy a ser ningún obstáculo, por encima de Alvariño está la CEG". "Yo ya fui presidente de la Confederación de Empresarios Pontevedra, presidente del Club Financiero, por lo tanto mi ego está superfortalecido, no necesito estar ahí, y si estoy será bajo una CEG unidad", aseguró.
"¿Que no hay unión?, pues allá cada uno bajo su responsabilidad y con la falta de lealtad institucional", apostilló. Y preguntado sobre si se plantea dimitir, respondió: "No, no, yo salí elegido para cuatro años, y espero cumplirlo en un principio, no obstante, no voy a ser ningún obstáculo".
Objeto de las críticas
Las críticas al presidente de la patronal gallega se centran principalmente en el hecho de que no haya sido capaz todavía de aprobar las cuentas del año pasado y el presupuesto de 2015, en la contratación de dos servicios de la CEG a empresas personales del vigués (coche oficial y chófer y el seguro de la sede central de la Confederación, aprobados con el visto bueno de la directiva de la organización) y en el recorte de gastos. La asamblea general de la CEG vetó el año pasado por primera vez en su historia las cuentas y desde entonces ni cuentas ni presupuesto han logrado pasar el corte de la junta directiva de la Confederación, aunque sí del comité directivo.
