Decenas de trabajadores de la aerolínea francesa Air France penetraron ayer en la sede del grupo y agredieron a miembros de la dirección en el momento en el que desgranaban su plan de ajuste, que incluye el despido de 2.900 empleados, los primeros de la historia de la compañía.

Los trabajadores airados se abalanzaron sobre los directivos, a los que rasgaron las ropas. Varios de ellos huyeron sin camisa y otros con ella desgarrada, y el responsable de Recursos Humanos de la compañía, Xavier Brosseta, tuvo que escalar una valla para protegerse una vez que le arrebataron chaqueta, camisa, corbata y lentes.

La dirección condenó los hechos y anunció que presentará una denuncia por "violencia agravada", mientras que los sindicatos no comentaron las imágenes, muy difundidas en los medios de comunicación, y se limitaron a pedir al Gobierno que se implique en el conflicto en la empresa.

En un comunicado conjunto publicado horas después, la intersindical del personal de vuelo de Air France reclamó al Ejecutivo "un fuerte compromiso" de mediación para lograr un acuerdo entre dirección y empleados de "un emblema industrial" y "un vector de la cultura y de la diplomacia francesa".

Los sindicatos de la aerolínea habían convocado una jornada de paros que ha tenido poca incidencia en el tráfico de la compañía, y una manifestación en las puertas de la sede social de Air France, situada en las proximidades del aeropuerto parisiense de Roissy-Charles de Gaulle.

En el interior tenía lugar un comité de empresa en el que la dirección explicaba a los representantes sindicales sus planes de ajuste, que pasan por la reducción de un 10 % de su oferta de vuelos, lo que se traducirá en la supresión de 2.900 puestos. Los asaltantes entraron en la sala al grito de "Juniac dimisión", en alusión al presidente de la compañía Alexandre de Juniac.

Ante la creciente competencia de las compañías de bajo coste en sus vuelos de corta y media distancia y de las aerolíneas del golfo en los de largo recorrido, Air France puso en marcha un plan de incremento de la productividad que pretendía consensuar con los sindicatos.

Pero la semana pasada dio por rotas las negociaciones y acusó a los representantes de los pilotos de no querer transigir, por lo que lanzó un plan alternativo que pasa por la reducción de la actividad y, por vez primera en su historia, por despidos.

Según las cifras adelantadas a los sindicatos, la empresa pretende prescindir en los dos próximos años de 300 pilotos, 700 azafatas y 1.900 miembros del personal en tierra, de los 64.000 trabajadores que tiene su plantilla.