Pío Moa y Antolín Franco son accionistas de Pescanova desde hace veinte años. Aunque tienen atrapadas sus acciones en la empresa desde marzo de 2013, estos dos vigueses confían en la fortaleza de la compañía. "Nosotros no pensamos vender cuando salga a Bolsa", coinciden. Miembros de la asociación AMAP se mostraron sorprendidos cuando Antolín Franco prefirió quedarse con las acciones a venderlas.