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Antolín duplicará empleo para fabricar los asientos de las furgonetas de PSA

El contrato de PSA permite introducir nuevas líneas de producción y duplicar empleo

Vista parcial de la planta de asientos del Grupo Antolín en el parque tecnológico y logístico. // José Lores

La multinacional española de componentes de automoción Grupo Antolín llevará a cabo una remodelación profunda de su planta de Valadares para cubrir la demanda de asientos del proyecto K9, la próxima generación de vehículos comerciales ligeros de las marcas Citroën, Peugeot y Opel, según ha podido saber FARO. La consecución del contrato, en el que se impuso por costes a la factoría viguesa de Faurecia (Asientos de Galicia), permitirá introducir nuevas líneas de producción y duplicar su plantilla (compuesta por un centenar de trabajadores) a partir de 2018. El presidente del comité de empresa, Diego Santos, no ocultaba ayer su satisfacción por el pedido: "La plantilla ha sufrido mucho en los últimos años, se lo merece".

Las instalaciones de Grupo Antolín Vigo se encuentran en la actualidad al 50% de su capacidad. Tienen cuatro líneas de fabricación en las que ensamblan los asientos traseros (segunda y tercera filas) de los monovolúmenes Citroën C4 Picasso (aunque también se producen subconjuntos comunes entre asientos del C4 Picasso y del Peugeot 5008). La llegada del K9 supondrá la transformación de la planta, con la instalación de hasta dos nuevas líneas de producción y la renovación de los equipos. La previsión que maneja el grupo es saturar todas las líneas y ocupar la totalidad de los 10.000 metros cuadrados de nave de Valadares, lo que a la postre permitirá duplicar la plantilla, hasta superar los 200 trabajadores.

Esta planta viguesa representó el estreno del Grupo Antolín en el segmento de los asientos, en el que ya es un referente mundial. Y la adjudicación del proyecto K9 se produce apenas unos meses después de que la multinacional con sede en Burgos se hiciese también con el 100% de los asientos de la siguiente generación del Seat Ibiza que se fabricará en Martorell, encargo que había recaído hasta ahora en la compañía Johnson Controls. "El grupo está apostando por esta división", explicó el presidente del comité de Antolín Vigo, Diego Santos (CC OO). Sobre la adjudicación del K9, Santos insistió en que los trabajadores del centro fueron de los primeros del sector en sentir los envites de la crisis (Antolín Vigo estrenó los expedientes de regulación de empleo plurianuales en Galicia y había aprobado un importante plan de competitividad y reducción de costes en el último convenio) y pese a todo han hecho "un ejercicio de responsabilidad" que ahora se ha visto compensado.

Santos aseguró que todos los asientos del proyecto K9 se fabricarán en Valadares, negando un hipotético trasvase de producción hacia las plantas que el grupo tiene en el norte de Portugal (en Valença y en Vila Nova de Cerveira), que están ampliando sus instalaciones.

Frente al alivio del personal de Antolín Vigo, los trabajadores de Faurecia no ocultaban ayer su malestar por la pérdida de un contrato vital para la empresa (las furgonetas suponen hoy más del 60% de su producción). El comité tiene prevista una reunión hoy para abordar este tema. Los representantes de los trabajadores responsabilizaron a la dirección del centro de la pérdida del K9. Por su parte, los proveedores de segundo nivel que suministran componentes para los asientos tienen la vista puesta en la sede de Antolín en Burgos. Fuentes del sector apuntan a que las atribuciones podrían estar decididas a finales de año o principios de 2016.

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