España está recuperando empleo, pero las cuentas de la Seguridad Social aún no salen. La caja que sujeta las pensiones continúa en déficit, de modo que el sistema recurrió de nuevo este verano al Fondo de Reserva para abonar la paga extra, como ha sucedido de manera recurrente desde 2012. Detrás de esas dificultades hay una primera causa que el tiempo dirá si es o no sólo coyuntural: el país genera trabajo a buen ritmo, pero con salarios bajos que cercenan los ingresos por cotizaciones. Al mismo tiempo, el gasto en prestaciones crece a velocidades superiores, empujado por el envejecimiento demográfico. Una corriente de especialistas presume que ya en la próxima legislatura el sistema requerirá nuevas reformas que volverán a mermar su generosidad.

La Seguridad Social entró en déficit en 2011 tras más de una década en superávit. El actual Gobierno del PP heredó en aquel año de su antecesor del PSOE un desfase de unos 700 millones de euros. En los ejercicios siguientes, los problemas se multiplicaron. En 2014, primer año con aumento del empleo desde el inicio de la crisis, el déficit del sistema de pensiones llegó a los 15.000 millones. Los que tuvo que sacar el Ejecutivo del Fondo de Reserva, la hucha creada en 2000, con José María Aznar en la Moncloa, como un colchón para el momento en que el envejecimiento de la población pusiera en riesgo el pago de las jubilaciones. Esa bolsa nació con una reglas que autorizaban a la Administración a utilizar el dinero en caso de "déficit estructural" y fijaban un tope de 3.000 millones al año, límite que el actual Gobierno ha rebasado holgadamente cada año desde 2012.

La evolución del Fondo de Reserva refleja el alcance de las dificultades económicas que la Seguridad Social ha atravesado en este tiempo. Hasta el año 2010, y sobre todo durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero, la hucha elevó su cuantía, hasta alcanzar en 2011 su punto máximo: casi 66.900 millones de euros. Desde entonces, la Seguridad Social entró en reserva como un coche falto de combustible y comenzó a consumirla. Entre septiembre de 2012 y el pasado julio, se utilizaron 37.700 millones de euros.

El fondo está cumpliendo su función, remarca el Gobierno. Ha garantizado el pago de las pensiones en momentos de dificultad severa por la destrucción de empleo que borró durante la crisis 2,5 millones de afiliados a la Seguridad Social. Problemas acentuados por la devaluación de los salarios que redujo, sobre todo tras la reforma laboral de 2012, las bases de cotización y con ello los ingresos del sistema, afectados asimismo por las políticas de bonificaciones (tarifa plana de los autónomos y otras) para estimular la ocupación.

La recuperación del crecimiento económico y de la creación de empleo hizo posible que a partir de 2014 comenzaran a llegar más dinero a la Seguridad Social. La nómina de afiliados creció en 417.000 personas, aunque las cotizaciones apenas mejoraron el 1%, insuficiente para compensar el incremento del gasto en pensiones (3,2%), que no obstante fue el más contenido en términos relativos de la última década por las reformas: retraso progresivo de la edad de jubilación a los 67 años, endurecimiento de los retiros anticipados y un nuevo mecanismo de revalorización que ha dejado en el mínimo del 0,25% la subida de las prestaciones desde 2014.

La insuficiencia de los ingresos de la Seguridad Social continúa en 2015 a pesar de que la creación de puestos de trabajo ha ganado fuerza, con 523 afiliados más en un año. Hasta julio, el agujero superó los 4.000 millones. Las cotizaciones de los ocupados, principal fuente de ingresos, crecieron el 2,17%. El gasto en pensiones lo hizo el 3,4%.

"España aún no está en los niveles de empleo de 2011", subraya José Ignacio Conde-Ruiz, economista de Fedea experto en pensiones. Autor del libro ¿Qué será de mi pensión?, cree que el país podrá retornar en los próximos años a una situación de superávit en la Seguridad Social si la recuperación no se tuerce, pero también que el sistema volverá a entrar en crisis no más allá de 2020 o 2022 incluso aunque el país consiga una situación de pleno empleo.