La multinacional aluminera Alcoa defendió ayer su actuación en la subasta de los incentivos eléctricos celebrada la semana pasada y, sin negar directamente que en el proceso pudiese haber irregularidades, apuntó que la asignación de los bloques del servicio de interrumpibilidad a cada una de sus fábricas de cara a 2016 se realizó "con la supervisión de Red Eléctrica de España (REE)" y que la puja "fue validada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia". Con ello la compañía da a entender que la posible impugnación de la subasta anunciada por el comité de empresa de su planta de A Coruña tendría poco recorrido.

Los trabajadores, sin embargo, creen que los tres bloques de 90 megavatios (MW) que logró la aluminera mediante el proceso de asignación directa no pueden ser íntegramente para la planta de San Cibrao (Lugo), sino que cada planta -la lucense, la de A Coruña y la de Avilés- debería recibir uno de esos grandes lotes. La plantilla coruñesa considera que la norma que regula la subasta obligaba a otorgar un paquete a cada uno de los puntos de suministro que optaban a ellos, por lo que puso el caso en manos de un abogado para ver si el proceso es impugnable.