La amargura y desmotivación de su hijo de 39 años, el pequeño de cinco hermanos, es lo que ha llevado a un pensionista aragonés a publicar un anuncio en el que ofrecía hasta 5.000 euros por un contrato de trabajo para su descendiente. Antonio (nombre ficticio) decidió publicar el anuncio, no como "una mordida" que su ética profesional le impediría, sino como una "llamada de atención" hacia alguna empresa o emprendedor que necesitara dinero para poner un negocio en marcha y contara con su hijo como socio.