Desde ayer, todos los automóviles que se vendan en el mercado europeo deberán cumplir con la normativa sobre emisiones Euro 6, que obligaba desde septiembre de 2014 a los coches nuevos a no superar unos límites medioambientales. La Unión Europea lanzó en julio de 1992 su primera normativa Euro 1 sobre emisiones que contemplaba unas exigencias en términos de emisiones para los modelos lanzados en la región desde diciembre de ese mismo ejercicio.

La sexta edición contempla que los vehículos diésel deberán cumplir un límite de emisiones de NOx de 80 miligramos por kilómetro, lo que supone una cifra más de un 50% inferior a la de la norma Euro 5. En el caso de los motores de gasolina la exigencia máxima es de 60 miligramos de NOx por kilómetro, mientras que la masa máxima de partículas se mantiene igual.