El astillero vigués Construcciones Navales Paulino Freire botó ayer por la tarde el buque arrastrero congelador Holmøy, propiedad de la casa armadora noruega del mismo nombre (grupo Prestfjord), de 69 metros de eslora por 17 de manga. Se trata del primer barco de esta modalidad que toca aguas viguesas desde 2008, cuando la factoría de Coia del grupo asturiano Armón entregó el Rossoren, de 29,9 metros de eslora, a la compañía irlandesa Neil Minihane. La puesta a flote del Holmøy permite a Freire avanzar en la obra del nuevo oceanográfico de la Marina de Guerra de Perú, cuya puesta de quilla se realizó este verano. El arrastrero tiene un coste aproximado de 29,83 millones de euros. El diseño y el equipamiento del buque corre a cargo del grupo Rolls-Royce, como había avanzado este periódico.

El proyecto del Holmøy representa unas 250.000 horas de trabajo para Freire, equivalentes a unos cien puestos de empleo durante el periodo de construcción. La compañía se había impuesto en la consecución del proyecto a otro astillero español con experiencia en el segmento de la pesca, la factoría asturiana Gondán. La entrada en vigor del contrato fue posible gracias a la línea sindicada de avales en la que participan el ICO (Instituto de Crédito Oficial), Banco Sabadell y Grupo Banco Popular, con la colaboración de la Consellería de Economía e Industria. El arrastrero estará equipado con la última tecnología y será capaz de navegar por aguas del Mar del Norte y del Mar de Barents.

Según Holmøy Maritime, la entrega del arrastrero está prevista para el próximo año. El buque sustituirá al Langøy, operado por la compañía desde 2008. El coste de la embarcación es de unos 280 millones de coronas noruegas, según recoge la armadora nórdica en su página web, que representan unos 39,8 millones de euros al cambio actual.

Nuevos contratos

El astillero vigués trabaja también en los primeros bloques del nuevo buque oceanográfico de 95 metros de eslora de la Marina de Guerra de Perú. Este contrato, firmado a finales del año pasado y presupuestado en unos 73 millones de euros, ha vuelto a colocar a Freire como referente internacional para la construcción de buques de investigación marina. La compañía también tiene en cartera un buque escuela para Indonesia, cuya construcción arrancará el próximo otoño, y tiene pendientes de entrar en vigor un barco de investigación para Kuwait y otro oceanográfico con casco reforzado para la navegación en los polos para India. A mayores, Freire es finalista en un concurso del Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural británico (NERC, en sus siglas en inglés) para otro megalaboratorio flotante de 124,9 metros de eslora por 24 de manga y capacidad para acomodar a 90 personas (tripulación y científicos), cuya entrega está prevista en 2019, como avanzó FARO.