La recuperación del crecimiento económico ganó fuerza durante el segundo trimestre del año principalmente gracias al consumo de los hogares, el renglón del PIB que ha mostrado una evolución más favorable desde que en 2013 el país saliera de la situación técnica de recesión. El PIB español avanzó en el período citado a un ritmo trimestral del 1%, el más vigoroso desde principios de 2007, antes de la crisis.

El INE confirmó ayer que la economía española se aceleró entre abril y junio, con un avance trimestral superior en una décima al observado al comienzo del ejercicio. En tasa anual, ese comportamiento supone un crecimiento del 3,1%, que mejora en cuatro décimas el del período enero-marzo y se traduce en la creación de 477.000 puestos de trabajo a jornada completa. España crece propulsada por el motor de la demanda interna, suma de las aportaciones del consumo de los hogares, la inversión y el gasto público. El aumento de la ocupación laboral y, presumiblemente, la mejora de la confianza de los consumidores explican que el gasto de las familias haya aumentado a ritmos interanuales del 3,5% en los dos últimos trimestres.