La decisión del Banco Popular de China de devaluar la moneda un 4,7% en los últimos tres días ha sido la decisión más importante en materia monetaria del gigante asiático desde 1994, cuando adoptó un sistema unificado para el tipo de cambio. La iniciativa persigue impulsar sus exportaciones después de que éstas cayeran casi un 9% en julio a costa de perjudicar a parte de su industria y de beneficiar a otra. El mercado gallego de exportaciones no tiene a China como principal destino, aunque este país sí es el que más mercancía compra a los proveedores de Galicia de las principales economías llamadas emergentes: Rusia, India, Brasil y la propia China. El año pasado las ventas a la potencia asiática superaron el valor 178,2 millones de euros. Entre enero y mayo de 2015, según los datos de Aduanas, las exportaciones alcanzaron un importe de 83,23 millones, casi un 35% más que la cantidad acumulada en los cinco primeros meses de 2014. Esto indica que la economía china incrementa su demanda de productos elaborados en Galicia y que, desde esta semana, son un 4,7% más caros para los asiáticos.
El sector más expuesto a la devaluación del yuan es el textil, principalmente por Inditex, que cuenta con medio millar de tiendas en China. De las exportaciones realizadas hasta mayo, casi el 37% se corresponden con diferentes tipos de prendas de vestir. La compañía que preside Pablo Isla se dejó más de un 6,8% acumulado en Bolsa el martes y el miércoles por la medida monetaria, aunque ayer se mostró indemne a la tercera -y última- devaluación con una subida del 1,8%. A continuación es la industria transformadora de pescado la que más puede padecer con el encarecimiento de las exportaciones a China. Multinacionales como Pescanova tiene entre sus retos una mayor expansión en el mercado asiático. Esta traba, junto con la depreciación del euro, puede provocar un resultado peor de lo estimado a 30 de noviembre. El automóvil, por su parte, es el tercer sector más expuesto, si bien PSA Peugeot Citroën puede sortear la situación gracias a sus plantas en China. Eso no ha impedido que acumulara pérdidas en Bolsa hasta ayer, cuando cerró con un alza del 1,1%.
| ¿A quién beneficia? A la industria importadora de materia prima no elaborada o semielaborada que utiliza pescado, al comercio de aparatos eléctricos o de venta de ropa elaborada en China. En el caso del pescado, por ejemplo, una empresa gallega podrá adquirir materia prima para elaborar sus productos un 4,7% más barata.
| ¿A quién perjudica? A la industria manufacturera que vende en el gigante amarillo productos para el consumidor final, como es el caso, también, de la industria alimentaria, la textil o la de automoción y componentes. Los márgenes de beneficios se reducen al convertirse en productos más caros para el mercado chino y, con ello, los beneficios.
