Bernardino Comesaña Goberna (Vigo, 1937) lleva toda una vida en el sector de los materiales de construcción y fue uno de los principales impulsores de la constitución, hace ya veinte años, de Asemaco, la Asociación de Empresas de Materiales para la Construcción de Galicia, de la que es presidente desde hace doce. Comesaña Goberna repasa para FARO los éxitos de esta organización patronal, como el control de la morosidad y la consolidación de sistemas de financiación como Crediasemaco, y los retos pendientes, como conseguir una mayor agilidad en las licencias de obra y que se respeten los plazos de pago o la competencia "desleal" de las grandes superficies de materiales de construcción.
-Después de tantos años de crisis en la construcción, ¿se atisban brotes verdes?
-Sí, llevamos medio año notando cierta evolución en el sector. Pero obras grandes no hay. Lo importante es subsistir en los tiempos que corren.
-¿Dónde se notan? ¿En las reformas?
-Reformas, rehabilitaciones? Quitar bañera y poner plato de ducha; ese tipo de actuaciones. En el norte de España fuimos los últimos en coger la gripe de la crisis y seremos los últimos también en soltarla. En otras comunidades están funcionando de maravilla, están vendiendo, en Cataluña, Madrid?
-¿Se ha reducido la mora de los constructores?
-Asemaco se creó con ese propósito. Las empresas de materiales de construcción de Galicia antes no nos conocíamos. Ahora hay comunicación entre nosotros y hemos conseguido reducir la morosidad. De ahí la importancia que las empresas del sector se adhieran a la asociación. Unidas somos más fuertes.
-Una de sus herramientas es el registro de morosos, ¿no?
-Para nosotros es vital.
-¿A cuánto asciende la deuda de los constructores?
-Tenemos cuantificados unos 23 millones de euros. Seguramente sean algunos más, porque cuando una empresa de la asociación cierra o se da de baja su deuda se elimina del registro para ser lo más riguroso posible. El registro de morosos nos ha permitido evitar nuevas deudas y recuperar unos 7 millones de euros. Lo que sí se ha erradicado es la morosidad profesional, el clásico promotor o contratista que iba a un sitio, compraba, no pagaba, iba a otro, tampoco pagaba? Eso ya no existe.
-¿Cuántas empresas integran hoy Asemaco?
-Aproximadamente 200. Hubo una época que bajamos hasta las 140, pero ahora hemos recuperado. Con la crisis cerraron unas 105 empresas socias.
-El sistema de financiación Crediasemaco, con Abanca, ¿da el resultado esperado?
-Sí, está funcionando muy bien. Es muy práctico y cómodo. Puedes aplazar los pagos, no se encarece el pedido.
-¿Cuáles son las principales demandas del sector?
-Por ejemplo, que haya planes generales de urbanismo en todos los municipios y que se agilicen las licencias de obra? A veces para construir un simple muro se tarda más de año en tener licencia. No puede ser. Otro reto importante para es conseguir que las administraciones y las empresas privadas respeten los plazos de pago. Y son las grandes empresas las que están abusando en ese sentido.
-¿Hay intrusismo en el sector?
-Si consideramos como intrusismo que algunas fábricas venden directamente, sí. Se saltan la cadena y van directamente al cliente final, sobre todo en obra grande. Y sin ser intrusismo, pero sí competencia desleal, un problema para nosotros es la política que tienen las grandes superficies de materiales de construcción, que ponen precios que son un engaño, no tienen stocks? Lanzan ofertas gancho, pero luego vas allí a ver el resto de productos y son tan caros o más que los propios almacenes; no tienen transporte, ni atención personalizada. Eso hace mucho daño.
-¿Cuánto empleo generan las empresas de Asemaco?
-El promedio es de unas diez personas por asociado, unos 2.000 trabajadores.
-¿Se está trabajando en nuevos planes de ayudas a la rehabilitación?
-Sí. En septiembre se pondrá en marcha un nuevo plan renove con ayudas del Igape, que se llamará Rehabilita 15 y estamos ahora preparando las bases reguladoras y una guía para que los clientes sepan cómo acogerse.
