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El mercado de las telecomunicaciones

La operadora vasca Euskaltel pretende una fusión con la gallega R y la asturiana Telecable

El grupo prepara el salto a Bolsa e informa a los inversores de que planea liderar la unión de las tres firmas de cable del Norte

Telecable | Nacida en 1995, la operadora asturiana tiene 3.000 kilómetros de red de fibra óptica, principalmente en el área central de Asturias. Su cartera de clientes está formada por 165.000 hogares y empresas. El pasado año facturó 131 millones de euros y obtuvo un ebitda de 63 millones. Su plantilla directa es de 180 personas. Tiene dos accionistas: el fondo Carlyle (85%) y Liberbank (15%). Opera también en Extremadura.

La operadora vasca de telecomunicaciones Euskaltel saldrá a Bolsa a finales del próximo junio como primer paso para buscar a continuación una fusión con la operadora gallega R y la asturiana Telecable, lo que supondría la consolidación de las tres compañías cableras de ámbito regional que quedan en el país y un nuevo paso en el proceso de concentración del sector español.

Euskaltel lleva semanas sondeando a los inversores ante su cercano debut bursátil y ha reconocido ante ellos que la operación está enmarcada dentro de una estrategia más amplia para crecer mediante la integración de R y Telecable. Las tres operadoras comparten algunos rasgos esenciales: tienen posiciones de liderazgo en sus territorios de origen, un buen desempeño económico y financiero y los tres también están participados por grupos de capital riesgo, sociedades inversoras que desembarcaron en sus accionariados entre 2010 y 2012 con la vocación de permanecer a corto plazo y de desinvertir con plusvalías en unos años.

Según la estrategia que el mercado atribuye a Euskaltel, la salida a Bolsa en junio de hasta el 50% de su capital permitirá en primer lugar que dos fondos que controlan el 48,1% del accionariado liquiden al menos parte de sus participaciones. Las firmas Trilantic e Investindustrial entraron en Euskaltel en 2012, si bien Kutxabank (banco resultante de la fusión de las cajas vascas) se mantuvo como primer accionista (49,8%) y perpetuó la identidad vasca de la sociedad, considerada por el Gobierno peneuvista de Íñigo Urkullu una de las piezas empresariales estratégicas de su "proyecto nacional".

Según ha trascendido sobre el diseño de la operación, Trilantic e Investindustrial aprovecharían la oferta pública de venta (OPV) para desprenderse de la mayor parte de su capital, mientras que Kutxabank conservaría una posición preeminente que blindaría el control vasco de la sociedad. A partir de ahí, el propósito de Euskaltel es crecer mediante la compra o integración de R y Telecable. Convertirse en una empresa cotizada allana ese camino en la medida en que da un cauce a Euskaltel para captar recursos y le permite además plantearse compras mediante el pago en acciones.

Estrategia

Presumiblemente, Euskaltel ofrecerá a los propietarios de R y Telecable participaciones en una nueva sociedad liderada por la operadora vasca, aunque cabe pensar que tales accionistas aprovecharían para liquidar plusvalías y sacar partido de las inversiones que ejecutaron en un momento singular: cuando las cajas de ahorros que dominaban el capital (Caixanova en R y Cajastur en Telecable) vendieron buena parte de sus posiciones para mejorar su capitalización en el contexto de la reestructuración del sector financiero.

Telecable es propiedad en un 85% del fondo de capital riesgo estadounidense Carlyle desde 2011. El 15% restante está en manos de Liberbank (el banco liderado por la fundación bancaria Caja de Ahorros de Asturias). En el caso de la R, la propiedad se reparte entre el fondo CVC (70%) y Abanca (30%), banco resultante de la fusión de las cajas gallegas.

Euskaltel mueve un negocio superior a los 350 millones anuales y R facturó 235 millones en 2014. La operadora asturiana facturó 131 millones de euros en 2014 y obtuvo un ebitda (beneficio antes de impuestos, amortizaciones, depreciaciones y costes financieros) de 63 millones. El negocio agregado de las tres compañías supera los 700 millones y el ebitda ronda los 300 millones, lo que en caso de una hipotética fusión podría dar pie a una valoración cercana a los 3.000 millones en Bolsa, según estimaciones de analistas.

La integración de las operadoras regionales de cable sería, de materializase el plan de Euskaltel, un episodio más en el proceso de consolidación del negocio español de las telecomunicaciones, que en el último año registró dos hitos principales: la compra de Jazztel por Orange, pendiente de autorización de la Comisión Europea, y la integración de la cablera Ono en Vodafone.

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