Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El sector pesquero vigués, en crecimiento

Congelados Maravilla dobla sus ingresos en cinco años y relanza la marca Benito Alonso

La compañía quiere reactivar la venta de pulpo virgen

Giuseppe Mellino (en primer plano), con sus tres hijos, que trabajan también en la compañía. // FdV

En comparación con otras firmas del sector como Fandicosta, Ibérica de Congelados (Iberconsa) o la propia Pescanova, Congelados Maravilla es una compañía adolescente. Fundada en Vigo hace quince años por el italiano Giuseppe Mellino y con un modelo de negocio de "vinculación directa" con los armadores y clientes, esta empresa ha logrado duplicar ampliamente su volumen de negocio en los últimos cinco años. En 2009 facturó 12,6 millones de euros y cerró 2014 con unos ingresos de 30 millones. El máximo responsable de la firma -hijo, nieto y bisnieto de empresarios vinculados con el mundo pesquero- aspira a superar los 35 millones de euros en ventas a cierre de este año, lo que le acercaría a compañías como Armadora Pereira, Armadora Vibo, Galaustral o Europacífico (según sus balances de 2013, los últimos disponibles en el Registro Comercial).

Además, Congelados Maravilla ultima la reactivación de la emblemática marca Benito Alonso, vinculada a la comercialización del pulpo, y que estaba abocada a la desaparición tras la liquidación de Benito Alonso SL (con más de 70 años de historia en la ciudad). La compañía que gestiona Mellino desde O Berbés ha invertido 500.000 euros en los últimos cinco meses para adquirir las instalaciones que ocupaba Benito Alonso en la lonja de Vigo: 400.000 euros por la nave y otros 100.000 para la adquisición de nueva maquinaria. "La marca me la regalaron, y eso me dio una fuerza increíble", confiesa el empresario italiano. Aunque su premisa es la venta de pescado a granel, "sin marca", quiere aprovechar el renombre de Benito Alonso para potenciar el mercado del "pulpo virgen". ¿Qué es?

"Nosotros compramos el pulpo procedente de aquí hasta Aveiro (Portugal), lo evisceramos, lo lavamos con agua de mar y lo congelamos. Nada más", explica. Según Giuseppe Mellino, muchas compañías del sector "emergen el pulpo en ácidos" que rompen las fibras del cefalópodo, lo meten en agua y gana volumen. "Si tienes un pulpo de un kilo, al cabo de una semana pasa a dos kilos. Pero es agua, es mala calidad", aunque permite a algunas compañías ofrecer el producto a precios muy bajos. "A nosotros nos cuesta ocho euros el kilo. Entre el congelado y el eviscerado pasa a 9,20 euros, y lo vendemos así. ¿Cómo pueden venderlo otros a siete euros? Un milagro", ironiza.

Modelo de negocio

Con la integración de Benito Alonso, Congelados Maravilla tendrá tres ramas de actividad diversas. La primera es la que está asociada a la matriz y que se dedica a la importación y exportación de productos pesqueros. "Si un barco trae veinte toneladas de caballa o xurel yo se lo compro, lo congelo y lo vendo" a través de una de las cinco tiendas que posee en Vigo bajo el nombre comercial de A Lonxa. Mellino compra en subasta especies como pez espada o marrajo de "barcos siempre españoles", y dedica el 80% de esta producción al exterior, sobre todo a Italia y Grecia. También importa gambón procedente de Argentina, donde la flota española tiene una presencia destacada (sobre todo gracias a Pescanova).

Las tiendas están situadas en "barrios obreros de Vigo" (Florida, Calvario, Sanjurjo, Venezuela y Torrecedeira). El hecho de prescindir de marcas y de realizar todo el proceso de congelado por su cuenta permite vender a granel a precios competitivos. Entre enero y abril, según Mellino, sus ventas han crecido un 28% y prepara para el año su desembarco en Pontevedra. "Mi bisabuelo ya vendía pescado seco en Estados Unidos. Mi padre me decía siempre que mirara a Vigo porque es el ombligo de la pesca fresca". Cogió todo su dinero, llegó a la ciudad y montó una compañía a la que no le faltan aspiraciones.

Mellino: "La crisis ha servido para purgar el sector y los que estaban muy endeudados han caído"

  • Antes de crear Congelados Maravilla Giuseppe Mellino ya viajaba a Vigo para comprar pescado. "No sabría hacer otra cosa", reconoce desde su despacho. La actividad se dispara los viernes, que es día de descarga. En la oficina se escucha hablar en castellano, italiano e inglés. El empresario no ha adquirido un curioso acento, mezcla de su idioma de origen y el gallego de las Rías Baixas. Se confiesa admirador del presidente de Fandicosta, Ángel Martínez. "Yo lo recuerdo hace 30 años, trabajando por todas partes y entre los trapos", dice. Él quiere crecer al estilo de Fandicosta, sin apalancamiento financiero. "Si tenemos disponibilidad en el banco de 10 euros, yo utilizo cuatro y me reservo seis" para no depender más de la cuenta del dinero prestado.Preguntado por si quedan compañías zombie en el sector pesquero vigués, Mellino calcula que "una o dos". "La crisis ha servido para filtrar, purgar el sector, los que estaban muy endeudados han caído", explica. El sector pesquero se ha caracterizado por su elevado apalancamiento, que le pasó factura con la crisis financiera que estalló en 2008. "Los bancos venían por aquí y te ofrecían dinero para una cosa y para la otra. Hubo quien lo cogió, pero de un día para otro las entidades lo querían de vuelta, no les preocupaba el día a día de una empresa", recuerda el fundador de Congelados Maravilla. Además del caso Pescanova, la crisis ha provocado el cierre de Elaborados Freiremar Vigo o el concurso de acreedores de Vieirasa, que se vio obligada a vender su negocio namibio y parte de su filial en Perú. "Los que siguen son los que merecían quedarse", concluye Mellino.

Compartir el artículo

stats