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María Villaplana: "Tras las vacaciones aumentan las bajas laborales, y los lunes se cuadruplican"

"El absentismo tiene un coste sanitario, económico y social; hay que prevenirlo"

María Dolores Villaplana. // Rubén Ibáñez

María Dolores Villaplana García es licenciada en psicología, doctora en Ciencias del Trabajo por la Universidad de Murcia, y una experta en absentismo laboral. Su tesis doctoral sobre la evolución y las causas de las bajas ha recibido varias distinciones. Según su estudio casi el 65% de los trabajadores españoles ha faltado a su puesto laboral, al menos un día al año, alegando motivos de salud. La murciana trabaja, desde 2010, en el área de gestión de siniestralidad de Mutua Universal, un cargo que compagina con el ejercicio de la docencia en la Universidad de Murcia.

-¿Qué supone que un trabajador falte a su puesto laboral?

-Tiene una repercusión a tres niveles para la empresa, la sociedad y el Gobierno. Acarrea un coste sanitario, económico y social. Suele implicar una ausencia de un trabajador no prevista a la que tiene que hacer frente la compañía, implica también el gasto en una prestación económica para suplir el salario.

-¿Hay muchos casos de fraude?

-Naturalmente. Una persona que precisa de un tiempo de descanso usará fórmulas admitidas como la incapacidad temporal, y los habrá que estiren la baja de continuo. También ocurren los casos contrarios de trabajadores que tiene la baja pero no la entregan en la empresa por miedo a perder su empleo, u otros que por implicación necesitan estar presentes.

-En su tesis defiende que las empresas con menos bajas han sabido resistir mejora a la crisis...

-Hay una correspondencia clara entre salud y competitividad. El factor más importante a la hora de prevenir es el psicosocial, hay que actuar sobre los aspectos de la conducta que llevan al abandono del trabajo. Igual que se invirtió en su momento para acabar con el amianto debemos de ser capaces de hacer un esfuerzo para tratar de crear entornos laborales que sea más saludables. Hay que mejorar de verdad la conciliación porque en la llamada incapacidad temporal se incluyen desde el que se esté enfermo un día hasta aquel al que se le pincha la rueda de camino al trabajo o el padre que tiene que cuidar de sus hijos. El trabajo debe de ser capaz de adaptarse a las necesidades de las personas.

-¿Cómo han evolucionado las bajas desde que comenzó a desestabilizarse la economía?

-El absentismo es reactivo. La inestabilidad del empleo, disponer o no de un contrato temporal, y el temor a perder el trabajo tiene una clara influencia sobre las bajas, reduciéndolas. Cuando las dificultades económicas disminuyan y la inseguridad se despeje habrá un repunte de las bajas.

-En su estudio, también relaciona determinadas épocas del año con un mayor absentismo.

-En España somos muy vivos. Hay una fluctuación importante durante las temporadas de vacaciones para prolongar los días de descanso. Los lunes, por ejemplo, se cuadriplica el absentismo laboral. Son los más jóvenes con edades entre los 17 y los 25 años, y varones, los que más se ausentan. Entre los hombres las bajas también son mayores, porque las mujeres sufren una mayor inestabilidad laboral, hay una mayor precarización del trabajo y eso las coarta para ausentarse.

-¿Hay muchos casos como el del piloto de Germanwings, Andreas Lubitz, que pese a estar diagnosticado no entregó su parte de baja?

-Hay muy pocos. Ese es un caso particular, se estaba jugando perder la licencia de vuelo y perder su empleo. Lo que se debe de hacer es mejorar las medidas de prevención y no tanto las coercitivas. La crisis ha provocado que alguna gente tengan que vivir de la prestación de algunos familiares. También ocurre que algunos facultativos tienen presión para mantener esas bajas.

-¿Cómo han afectado los últimos cambios legislativos a la gestión de las bajas?

-Queda aún mucho por hacer. El absentismo va a estar siempre presente, pero debemos de ser los mejores en su prevención. Las mutuas tienen las capacidades técnicas y humanas para gestionarlas muy bien. Hay muchos aspectos en los que mejorar, como hacer los partes de baja más precisos y que contengan una más información que ahora. La reforma laboral ha tenido un efecto en la reducción de la cuantía de las bajas para los funcionarios en incapacidad temporal. Eso provocó una dramática caída de las bajas laborales.

-Señala en su tesis que hay que seguir el ejemplo de los países nórdicos en el control de las bajas ¿Por qué?

-Allí tienen las bajas por incapacidad temporal muy controladas, y eso que sus sistemas de bienestar social invitan a cogerlas. Pero ya en la década de los 90 fueron hacia un sistema de recursos humanos diferente al que había, en el que este departamento solía estar ocupado por abogados o administradores. En esos países hay despido libre, pero es que es muy fácil encontrar un empleo y así el control de las bajas se hace más sencillo.

-¿Hay diferencias en el absentismo por comunidades?

-Hay bastantes, porque hay unos grupos de trabajadores que son más tendentes a ausentarse de su empleo. No es lo mismo alguien que sufre un esguince y trabaja en el sector de la construcción a que lo haga en el control de calidad de una fábrica, por ejemplo. También está demostrado que en el sistema público la decisión de quienes controlan las bajas varía en función a factores como la densidad de población.

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