La economía española tendrá en 2015 un comportamiento significativamente más vigoroso de lo que se presumía hace tres meses, según el pronóstico que ayer formuló la Comisión Europea. Sus predicciones de invierno señalan que el crecimiento del producto interior bruto (PIB) español llegará al 2,3%, seis décimas por encima de los estimado el pasado otoño. Bruselas considera que el favorable desempeño de la demanda interna (consumo e inversión), junto a los efectos positivos del abartamiento del petróleo y de la depreciación del euro, permitirán a España registrar el mayor avance del PIB entre las principales economías europeas y el séptimo mayor entre todos los países de la región monetaria. El paro acelerará su caída, aunque seguirá por encima del 20% hasta 2017, estiman las autoridades comunitarias.

En noviembre del pasado año, la Comisión Europea vaticinaba que España crecería este año el 1,7% y apreciaba riesgos a la baja asociados a la tendencia al estancamiento que se observaba en el conjunto de la eurozona. Bruselas corrige ahora sus cálculos con rotundidad: seis décimas al alza para 2015, hasta el 2,3%, y tres décimas para 2016, hasta el 2,5%. Tales estimaciones mejoran las también muy recientes del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha vaticinado un crecimiento del 2% este año, y se acomodan a las previsiones del Gobierno de Mariano Rajoy. Los Presupuestos Generales del Estado para este año fueron construidos sobre la hipótesis de que el PIB crecerá el 2%, pronóstico considerado demasiado optimista por la Comisión meses atrás. El Ejecutivo de Rajoy se dispone a elevar ahora sus predicciones al menos hasta el 2,5%. Varios ministros han llegado a manifestar que en 2015, año electoral, la economía puede crecer más cerca del 3% que del 2%.

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Los números de Bruselas para España han cambiado y lo ha hecho también el lenguaje, que pone el acento en los progresos que el ejecutivo comunitario de Jean-Claude Juncker aprecia en el país. "Después de tres años de recesión, la economía española volvió a crecer en 2014 y parece que continuará así en el horizonte de dos años por las mejores perspectivas del mercado laboral, la mejora de las condiciones financieras, el crecimiento de la confianza, el desvanecimiento de las incertidumbres económicas y la caída de los precios de la energía", diagnostica el informe divulgado ayer, del que se infiere también que el PIB español avanzará este año y el próximo a tasas claramente más vivas que los de Alemania, Francia e Italia (ver gráfico superior).

La UE confirma que España crecerá apoyada fundamentalmente en el consumo de los hogares, que acelerará su crecimiento hasta el 2,7%, y en la inversión doméstica, favorecida por el empuje de las exportaciones y por un modesto repunte de la construcción. Aunque se considera que las ventas al extranjero mejorarán, el saldo neto del sector exterior volverá a restar crecimiento al PIB este año (-0,3%) por el vigor de las importaciones. Incluso a pesar del ahorro en la factura del petróleo, el diagnóstico de la Comisión Europea, como otros anteriores (FMI, Banco de España...), certifica que España se recupera de esta crisis con un patrón que bascula sobre la demanda interna más que sobre el dinamismo exportador, señalado como objetivo central de la devaluación de los salarios de estos años. Los cálculos de la Comisión Europea sobre el comportamiento de los costes laborales unitarios (estancados para 2015) sugieren que continuará puesto el freno sobre los sueldos.

El crecimiento comentado permitirá a España acelerar la rebaja del paro. Bruselas habla de una "robusta" creación de trabajo que bajará la tasa de desempleo en 2015 al 22,5%, frente al 24,3% de 2014, y al 20,7% en 2016. La intensidad del paro seguirá duplicando prácticamente la media de la zona euro (11,2% y 10,6% en los años citados).

La Comisión Europea estima también que España incumplirá por tres décimas el objetivo de reducción del déficit público de este año y por siete el del próximo, en parte por el efecto de la rebaja del IRPF. También augura que la deuda pública aumentará hasta superar el 100% del PIB.