Los propietarios que a partir del próximo año vendan viviendas adquiridas antes del 31 de diciembre de 1994 por precios inferiores a 400.000 euros seguirán beneficiándose de las ventajas fiscales que ahora reducen la tributación por las plusvalías. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha cedido ante las quejas políticas y ciudadanas y reconsiderado un capítulo de la reforma tributaria que suponía hasta cuadruplicar la factura del IRPF en caso de ganancias patrimoniales cuando se enajena una casa, acciones u otros bienes en determinadas circunstancias.

El grupo parlamentario del PP en el Senado registró a última hora del jueves una enmienda al proyecto de reforma del IRPF con la que se rectifica la supresión de los llamados "coeficientes de abatimiento". Se trata de un mecanismo creado hace 17 años y que, sustancialmente, deja exenta de tributación una parte de las ganancias conseguidas mediante la venta de viviendas, acciones u otros valores, siempre que hayan permanecido en el patrimonio del contribuyente desde antes de 1995. El alcance de esta reducción fiscal varía según la antigüedad de la propiedad y alcanza su máximo cuando data de 1986 o antes en el caso de la vivienda. El anteproyecto de reforma tributaria incluye además la eliminación de otros coeficientes diseñados para corregir la depreciación monetaria al valorar las plusvalías, que tributan según la tarifa del ahorro.

El final de esas bonificaciones tenía efectos que se pueden ilustrar con el siguiente ejemplo elaborado por la fiscalista Ana Valverde:

| El sistema vigente. Quien en octubre de 1986 hubiera adquirido una vivienda por 60.000 euros y la vende en 2014 por 300.000, queda liberado de tributar por las ganancias generadas antes de 2006 (154.406 euros) y únicamente paga por las que son atribuibles a los años posteriores; la factura del IRPF asciende a 17.046 con los tipos del ahorro actuales.

| La reforma de Montoro. El anteproyecto que será enmendado en el Senado suponía tributar a partir del 1 de enero de 2015 por toda la plusvalía (los 240.000 euros correspondientes a la diferencia entre el precio de compra y el de venta). La factura fiscal se disparaba hasta los 56.480 euros.

| La enmienda. La propuesta del PP mantiene los coeficientes de abatimiento cuando el valor del bien transmitido es inferior a los 400.000 euros. Como la reforma tributaria rebaja además los tipos impositivos aplicables a las rentas del ahorro, la factura del IRPF (16.091 euros) resultará incluso inferior a la actual en el ejemplo comentado.

Ocurrirá de ese modo a pesar de que la enmienda del PP mantiene la eliminación de los coeficientes de corrección monetaria, que ahora se utilizan para el cálculo de todas las plusvalías, con independencia del tiempo pasado desde la adquisición de la vivienda o bien transmitido.

El Ministerio de Hacienda había justificado la supresión de las bonificaciones fiscales que disfrutan ahora los propietarios alegando razones de equidad tributaria (no se justifica, según ese criterio, que alguien pague más o menos impuestos según la fecha de adquisición del piso que vende). El departamento de Montoro adujo asimismo que el número de damnificados potenciales era muy reducido, casi marginal, y formado por propietarios que tienen más de una vivienda en propiedad. La actual normativa del IRPF ya exime a los mayores de 65 años de tributar por las plusvalías conseguidas con la venta de la vivienda habitual. También están exentos quienes, con cualquier edad, se desprenden también de la vivienda habitual y reinvierten el dinero en la adquisición de otra.

Pese a tales excepciones, las formaciones políticas de la oposición, encabezadas por el PSOE, acusaron a Montoro de infligir un nuevo castigo tributario a las clases medias con la supresión de los coeficientes de abatimiento. Dentro del PP y del propio Gobierno también sonaron voces críticas con los criterios de Montoro.

La defensora del Pueblo, Soledad Becerril, demandó igualmente que se reconsiderase ese capítulo de la reforma tributaria. Puso el acento en una situación concreta: el gran esfuerzo fiscal que se exigía a aquellas personas con rentas modestas que se vieran obligadas a vender su vivienda por las dificultades económicas.