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Marruecos subvenciona hasta el 30% de nuevas inversiones para atraer industria de componentes

CC OO avisa del peligro de "desindustrialización" de la comarca de Vigo en los próximos años por la competencia lusa y magrebí

Trabajadores de la planta de Tánger de la multinacional viguesa Viza.

Marruecos apuesta por la automoción como la primera industria del país. El sector, que ya es líder en exportaciones, aspira a consolidarse como un referente internacional en la fabricación de coches y componentes y cuenta con tres fortalezas: el coste de la mano de obra (de unos 4 euros/hora, frente a los 10,5 de Portugal, los 22 de España o los 35 de Francia), su posición geoestratégica (puerta de entrada a África y puente con Europa) y un agresivo programa de subvenciones del Gobierno magrebí a través de fondos como el Hasan II, que cubren hasta el 30% de las nuevas inversiones (si se crea empleo y desarrolla suelo). El grupo PSA Peugeot Citroën ya anunció su intención de triplicar las compras a proveedores instalados en el país norteafricano para mejorar la rentabilidad de sus plantas ibéricas (Vigo, Mangualde y Villaverde), como avanzó FARO.

Solo en el área de Tánger, las autoridades locales acaban de firmar 13 acuerdos de colaboración con fabricantes de componentes europeos y japoneses que supondrán una inversión conjunta de unos 150 millones de euros y la creación de 5.500 puestos de trabajo. El objetivo del Gobierno magrebí es que el sector triplique sus exportaciones en el horizonte de 2020 y que se creen hasta entonces unos 56.000 empleos en todo el país vinculados a la industria de las cuatro ruedas. Esta oleada de inversiones se debe a las expectativas de incremento de la producción de la planta de Renault-Nissan en Tánger y al anuncio de PSA y de otros fabricantes de que aumentarán sus compras en Marruecos para abaratar costes.

El centro de Vigo de PSA ya importa algunas piezas y componentes del Magreb, sobre todo cableado de proveedores como la francesa Valeo y la nipona Yazaki y algunos productos textiles. El pasado 11 de septiembre, una delegación de la Asociación Marroquí para la Industria y Comercio del Automóvil (AMICA), acompañada por el director de Puerto de Tánger y altos responsables del Ministerio de Industria, Comercio, Inversiones y Economía del país, visitó la planta de Balaídos y se reunió con el director de Compras Equipamientos Vehículos del fabricante francés, Jean-Baptiste Formery, para abordar la "colaboración" entre la industria del automóvil de Marruecos y PSA. Pero el propio presidente de PSA, Carlos Tavares, en un encuentro con responsables de AMICA, reveló su intención de triplicar las compras a proveedores marroquíes para sus factorías en España y Portugal.

Esta situación preocupa a las centrales sindicales, que temen la pérdida de carga de trabajo en la comunidad a favor de Marruecos y del norte de Portugal. "El proceso de desindustrialización de Vigo es un goteo constante hacia estos países, fábricas emblemáticas cierran o están reduciendo sus cuadros de personal con la consiguiente influencia negativa sobre el resto de sectores", señalaron ayer desde CC OO, que ya ha convocado una manifestación el 9 de noviembre en defensa de la industria en la comarca, a la que invitan a otros sindicatos a sumarse.

Presencia viguesa

Fabricantes gallegos de componentes y auxiliares ya cuentan con instalaciones en Marruecos para atender las necesidades de la planta de Renault-Nissan en Tánger. Se trata de Viza, con su filial Viza Tánger, que produce armaduras de asientos para el grupo francés; la ourensana Hispamoldes, con una planta de inyección de plásticos y otra de fabricación de moldes; y la alianza Izmar-Marsan.

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