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Marcha atrás en un proyecto de 85 millones

Azores cancela los dos ferris que se disputaban Barreras y Armón

La contratación dependía de las ayudas europeas, cuya solicitud expiró por los retrasos de licitación

Las instalaciones "ociosas" de Navantia en Fene, entre las candidatas para GRI Renovables. // C. Pardellas

La naviera portuguesa Atlânticoline, que cubre los trayectos entre las islas del archipiélago de Azores, ha dado marcha atrás en su intención de construir dos nuevos ferris de 115 metros de eslora, contrato al que aspiraban los astilleros gallegos Hijos de J. Barreras y Armón Vigo. La compañía lanzó a comienzos de año un concurso público para elegir al constructor de los buques, con un presupuesto de unos 85 millones de euros, al que se presentaron Barreras, Armón Vigo y la firma noruega Fiskerstrand Verft AS, como avanzó este periódico. A finales de septiembre, Atlânticoline decidió suspender la licitación por el incumplimiento de las bases del concurso pero anunciaba una nueva convocatoria para el mes siguiente. Según fuentes del sector, la naviera ha desistido del proyecto, vinculado a la consecución de financiación de la UE, debido a que el plazo de solicitud de esas ayudas ha expirado.

La cancelación del concurso supone un varapalo para las aspiraciones de carga de trabajo de las dos factorías navales viguesas, bien posicionadas frente a la candidatura noruega. Según la primera apertura de ofertas, del pasado mes de mayo, Barreras había presentado la oferta más económica de las tres recibidas, con un presupuesto de 81,2 millones de euros, seguida por la de Armón Vigo (85 millones) y a mucha distancia de Fiskerstrand Verft AS (109 millones, 54,9 por buque). Los pliegos del concurso establecían que ambos ferris tenían que ser gemelos, con capacidad mínima para 650 personas y 150 vehículos y una velocidad máxima de 25 nudos, 20 camarotes y espacios para instalar tanques de gas licuado de petróleo (GLP).

La demora en los plazos del concurso, que, según Atlânticoline, se ha debido a que las propuestas recibidas no cumplían con los requisitos planteados en la licitación, han acabado por dejarlo sin efecto. La naviera, propiedad del Gobierno de Azores, ligaba la construcción de los navíos a la consecución de ayudas europeas, cuyo plazo de solicitud ha expirado ya, según fuentes del sector. Además, el proyecto había levantado una fuerte polémica en el archipiélago, por las protestas del principal partido de la oposición, el PSD/Açores, que desde el principio criticó una inversión de 85 millones de euros para la construcción de nuevos buques en un contexto de crisis como el que atraviesan las islas.

No obstante, fuentes del sector rechazan la versión oficial para justificar los retrasos y aseguran que se han debido a los desacuerdos producidos entre los astilleros gallegos concurrentes, Barreras y Armón. Según las mismas fuentes, la filial olívica del grupo naval asturiano del mismo nombre (Astilleros Armón) se habría impuesto hasta en dos ocasiones en el resultado final de la licitación, pese a presentar de inicio un presupuesto superior. Pero las discrepancias de Barreras sobre el desarrollo del proceso le habría llevado a impugnar el concurso en ambas ocasiones, con las consecuentes demoras. El grupo Armón ya había construido otros ferris (aunque de menor eslora) para Atlânticoline, mientras que Barreras sería su primer encargo para la naviera lusa.

El de Atlânticoline es el segundo concurso para construir este tipo de buques al que se presenta Hijos de J. Barreras desde que superó el concurso de acreedores y que ha trascendido. La firma controlada desde el pasado diciembre por Pemex también era finalista en la licitación de un megaferri con capacidad para 2.000 pasajeros y 700 vehículos para la argelina Algérie Ferries (que sería el de mayor manga construido en Beiramar), con una oferta de 122,6 millones de euros y un plazo de ejecución de 26 meses. Pero este concurso, como adelantó FARO, también se ha retrasado sine die por complicaciones contractuales.

Gestamp sondea Galicia, Portugal y Reino Unido para fabricar componentes para la eólica marina

  • El conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, señaló ayer que el "interés" mostrado por la multinacional GRI Renovables (filial de Corporación Gestamp) en "desarrollar un proyecto" de construcción de componentes para eólica marina en instalaciones de Navantia Fene supone "una oportunidad" para la factoría y para toda la comarca de Ferrolterra. Conde señaló que este proyecto supondría la inversión de "más de 100 millones de euros" y la "creación de 700 empleos", en un momento en el que la comarca lo que necesita "son inversiones y empleos", por lo que ha considerado esta iniciativa una "oportunidad" tanto de presente como "de futuro".Por el momento, Gestamp considera a Fene "una de las candidatas" a albergar este proyecto, entre las que también se encuentran instalaciones de Reino Unido o Portugal. "Ferrol tiene esa oportunidad como candidata para poder desarrollar este proyecto", matizó el conselleiro.Aunque la Xunta estará "atenta" a las decisiones de la empresa, Conde recordó que son competencia de Navantia y de la Sepi "las negociaciones" para "poder concretar" el proyecto. La iniciativa permitiría utilizar instalaciones de Navantia Fene que "hoy en día no tienen ningún tipo de actividad", algo que, además, sería "compatible" con el desarrollo del trabajo habitual en Navantia.

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