La crisis económica en España, que dura ya más de seis años, tiene como gran lacra el desempleo, que pese a la mejoría de los últimos meses sigue provocando grandes dificultades a muchas familias españolas y gallegas. La situación es tal que el número de familias que tiene a todos sus miembros como demandantes de empleo aumentaron un 53% en los últimos cuatro años. Si entre abril y junio de 2010 había 61.200 hogares que carecían de ocupados, en el mismo periodo de 2014 son ya 93.700 los que están en esta situación, lo que supone 32.500 más, según los datos de la última entrega de la Encuesta de Población Activa (EPA).

De estas 93.700 familias con todos sus miembros en paro, 67.000 tienen algún inactivo entre ellos -bien pensionistas o jubilados bien desempleados que han desistido de buscar un trabajo ante las escasas expectativas de lograrlo- y 26.600 carecen de inactivos, lo que significa que todos sus integrantes buscan activamente una ocupación.

Por provincias, la gallega que registra un menor repunte de las viviendas en las que todos los residentes activos están en paro es A Coruña, con un alza del 36,7% en los últimos cuatro años, al pasar de 25.100 familias en esta situación a más de 34.000.

En el lado contrario aparece Lugo, que más que duplicó la nómina de hogares con todos sus miembros sin trabajo al pasar de los 5.500 del segundo trimestre de 2010 a los 11.400 del mismo periodo de este año, lo que implica un aumento del 107%.

A continuación aparece Pontevedra, con una subida del 63%, al alcanzar las 36.800 familias con todos sus integrantes en busca de una ocupación, 14.300 más que hace cuatro años, cuando la nómina de viviendas en esta situación se quedaba en 22.500. Ourense, por su parte, cuenta con 11.200 hogares con todos sus miembros en paro, frente a los 8.100 de 2010, lo que supone un incremento del 38%.

La situación se agrava teniendo en cuenta que, en paralelo, cada vez son menos las familias que pueden presumir de tener a todos sus miembros ocupados. Solo en los últimos cuatro años Galicia perdió 53.400 hogares que tenían pleno empleo, lo que implica que alguno de sus integrantes pasó a engrosar las listas del paro.

En el segundo trimestre de 2010 la comunidad gallega contaba con 565.600 familias en las que todos los miembros activos estaban ocupados, frente a los 512.200 del segundo trimestre del presente ejercicio, lo que supone un descenso del 9,4% en estos cuatro años.

Una situación que, en los hogares con pocos miembros -parejas o incluso viviendas unifamiliares-, supone un importante empeoramiento de las condiciones de vida y un aumento de las dificultades para llegar a fin de mes.

La radiografía de las viviendas gallegas ofrecida por los datos de la EPA del segundo trimestre de 2014 revela también que en la comunidad hay 331.800 familias sin ningún activo, personas que no trabajan ni buscan empleo. Son, fundamentalmente, hogares formados por jubilados, pensionistas o profesionales que, ante las dificultades para encontrar un empleo, han dejado de buscarlo.

Esas 331.000 familias en esta situación son 35.900 más que en el segundo trimestre de 2010, cuando eran 295.900, lo que supone un aumento del 12%.

Este repunte puede deberse, en parte, al envejecimiento de la población y a la política de prejubilaciones desarrollada por muchas empresas durante la crisis económica, pero también al desánimo de muchos trabajadores que, tras años intentando reincorporarse al mercado laboral, desisten ante los numerosos obstáculos que se encuentran.

Una pequeña parte de ellos opta por no anotarse en las listas del Servicio Público de Empleo (SEPE) al realizar trabajos esporádicos por su cuenta, de economía sumergida, para mejorar las condiciones de vida de su familia y poder sobrevivir.