Se podría decir más alto, pero no más claro. El centro de Vigo de PSA Peugeot Citroën -y por extensión, toda la automoción gallega- se juega su "futuro" en la adjudicación de la próxima generación de vehículos comerciales ligeros (furgonetas) que ahora se ensamblan en Balaídos, que tendrá lugar a principios del próximo año, y a la que además de Vigo aspira la planta eslovaca de Trnava, como avanzó FARO en exclusiva. Lo reconoce el propio director de la planta gallega, Yann Martin, que hace un llamamiento a todos los actores de esta industria (proveedores, trabajadores, administraciones) para que arrimen el hombro y así ganar un proyecto vital para la automoción y la economía gallegas. En una amplia entrevista en la revista interna de la fábrica (Planeta Vigo), distribuida ayer a la plantilla, Martin deja claro que "el nuevo proyecto debe movilizarnos a todos porque la competencia interna es real y muy dura". Y pone el acento sobre los proveedores, a los que insta a "acompañarnos en la reducción de costes que exige el mercado".

Este ingeniero francés, que el pasado mes de junio sustituyó al vigués Juan Antonio Muñoz Codina (ahora máximo responsable industrial del grupo en Europa) como director del polo Vigo-Mangualde (la planta portuguesa satélite de Balaídos), habla sin tapujos sobre esa "competencia interna": Trnava. "La dirección de estrategia del grupo ha decidido estudiar dos escenarios de industrialización del K9 (código interno del proyecto de las nuevas furgonetas), y sobra decir que la planta eslovaca es un durísimo rival", afirma. Y lo es sobre todo por costes, muy inferiores a los gallegos, tanto en mano de obra como en proveedores. Solo en salarios, Martin recuerda que la tasa de mano de obra en Francia es de 35 euros/hora, frente a los 22 euros/hora de España, los 10,5 de Portugal y los 9,5 de Trnava. En la recta final de la batalla por estos modelos, Vigo y Trnava se encuentran empatadas, como avanzó este periódico.

El director de Balaídos explica que no se trata de poner en cuestión los salarios, sino de "encontrar soluciones que nos permitan abaratar la tasa (de mano de obra)". Martin va más allá y apunta que la reducción de costes debe ser global, en toda la cadena de valor de la industria de automoción. Preguntado sobre cómo mejorar en este capítulo, da algunas "pistas": "Anclando los puntos fuertes de nuestro proceso de producción para progresar más -tanto en la eficacia de los puestos, en la compactación de las instalaciones, en la flexibilidad...-; reduciendo aún más las inversiones, optimizando la logística y aproximándola al cliente, y también, claro, reduciendo la tasa de mano de obra, que es nuestra principal desventaja frente a las plantas en países low-cost".

Martin asegura que el grupo espera que el K9 sea un proyecto de gran rentabilidad dentro del marco del plan Back in the Race, que ayude a PSA a dejar atrás las pérdidas. "Necesitamos aunar todos nuestros esfuerzos para conseguir que el proyecto sea industrializado en Vigo", urge. El director de PSA-Vigo explica que el K9 son modelos con una serie vida larga, "que aseguran una carga de trabajo importante y mantenida en el tiempo". "Fijémonos en un dato muy revelador: el B9 (las furgonetas actuales) es el vehículo de los que producimos en Vigo que mejor se está comportando en tiempos de crisis, hemos aumentado el programa un 10% desde que comenzó el año. Y estos modelos llevan casi siete años en el mercado", razona. El desafío del proyecto es si cabe mayor teniendo en cuenta que por primera vez podría incluir una tercera silueta de Opel (el B9 son dos modelos, el Citroën Berlingo y el Peugeot Partner), en virtud de la alianza industrial con General Motors (GM).

El reto del K9 ya fue planteado por el nuevo presidente de la multinacional francesa, Carlos Tavares, en su primera visita a Vigo el pasado mes de febrero. "Nos ha dicho que nuestro futuro, y por supuesto la adjudicación del nuevo proyecto, dependen de la evolución de nuestros costes. No somos una fábrica de alto coste, ni tampoco de bajo coste", expone Martin. Ante esta realidad, si PSA-Vigo baja sus costes "estaremos asegurando nuestra actividad", pero si "basculamos hacia los costes altos estaremos comprometiendo nuestra propia existencia". Y sobre esto el máximo responsable de PSA-Vigo afirma que lo sabe por experiencia: "Tengo una buena perspectiva de lo que ocurre cuando una planta pierde su competitividad (en alusión a Rennes, planta de la bretaña francesa que ha visto mermada su capacidad productiva en los últimos años). No voy a dejar que eso ocurra en Vigo".

En la carrera por el K9 los proveedores tendrán un papel determinante, según el directivo francés. "Es indispensable que los proveedores nos acompañen en la reducción de costes a la que nos obliga el mercado", recalca. Martin indica que hay que mejorar la logística de aprovisionamiento y "demostrar que podemos comprar al menos a los mismos precios que pueda comprar una planta como Trnava, situada en el Este de Europa". El patrón de Balaídos reconoce que los proveedores están "obligados" a trabajar intensamente su competitividad "porque tienen la misma amenaza que nosotros: los países de bajo coste". "Hoy, aprovisionarse en Portugal o en Marruecos puede rebajar mucho los costes, pero los proveedores locales tienen factores a su favor que deben aprovechar: medios, instalaciones, saber hacer y, lo más importante, proximidad", argumenta. "Portugal o Marruecos representan una competencia tremenda, pero también hay oportunidad de atraer a Galicia piezas que hoy se fabrican en Francia o Alemania, por qué no", se pregunta.

Mangualde, a su favor

Al contrario que para los proveedores, la planta del grupo PSA en Portugal representa un punto fuerte para Vigo. "Un esquema de industrialización que aproveche las sinergias del polo Vigo-Mangualde es un factor a nuestro favor. Nos servirá para flexibilizar el reparto de volúmenes y de diversidad, y contribuirá a reducir los costes", relata Martin, que también avanza que se mejorará "mucho" la logística entre ambas plantas para ampliar dichas sinergias. Éste recuerda que el esquema de colaboración Vigo-Mangualde ha sido incluso tomado como modelo para las plantas francesas por su competitividad.

El director de Balaídos concluye aludiendo al hito que representó para Balaídos la producción del mítico C15 a mediados de los años 80, un modelo que "salvó" la fábrica del cierre. "No fue casualidad, fue el fruto y la implicación de todos. No pretendo hacer comparaciones, pero creo que este momento también es crucial para nuestro futuro", insiste. "Estoy convencido de que nuestra motivación y nuestra implicación nos harán dar lo mejor de nosotros para seguir fabricando aquí automóviles por muchos años. Conmigo pueden contar. ¡Vamos a ganar! ¡Competimos para ganar!", remata.