Emilio Botín dejó huella en Galicia. Su impronta quedó marcada en las tres universidades gallegas en las que ejerció de mecenas con la concesión de becas y el impulso de las nuevas tecnologías. El carné universitario inteligente que ahora usan todos los estudiantes fue fruto de los acuerdos entre los rectores de las tres instituciones gallegas y el Banco Santander. Pero también tuvo su papel en el escenario político. Mantuvo una estrecha relación con Manuel Fraga, con quien colaboró en distintos proyectos de la Xunta, sobre todo en materia sanitaria y en iniciativas de apoyo empresarial.Pero su vínculo con el Gobierno gallego no se interrumpió con la llegada del bipartito y el banquero acudió también al despacho de Emilio Pérez Touriño.

Con Fraga la sintonía era máxima. De hecho, cuando falleció el expresidente de la Xunta, Botín se deshizo en elogios: "Fue un gran español y una figura de talla mundial". Fruto de esta buena relación fructificaron proyectos como una inyeccción del Banco Santander de 1.000 millones de las antiguas pesetas (seis millones de euros) en 1995 para financiar proyectos empresariales gallegos. "Estamos dispuestos a colaborar cada día más con Galicia porque está presidida por Manuel Fraga", había dicho en aquel momento Botín. Y cumplió su palabra. El banquero cántabro, a través de la Fundación Botín, ayudó al Sergas a desarrollar la telemedicina. Así, por ejemplo, en 2001 visitó el Hospital do Salnés para comprometer más de 96.000 euros en mejoras tecnológicas. Y en 2004 volvió a reunirse con el mandatario popular para suscribir un convenio de 12 millones de euros para promocionar el Xacobeo.

Cuatro años más tarde el gobierno de la Xunta había cambiado de color. PSOE y BNG gobernaban en coalición en Galicia bajo la presidencia de Emilio Pérez Touriño y Emilio Botín volvía a San Caetano para entrevistarse con el nuevo jefe del Ejecutivo gallego. Fue un encuentro en el que ambos intercambiaron pareceres sobre la crisis que empezaba azotar a España y las dificultades financieras que en ese momento atravesaba la inmobiliaria Martinsa-Fadesa.

Con el actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, Botín coincidió en 2009 durante la inauguración del edificio Emprendia -centro de intercambio intensivo en investigación e innovación-, integrado en el Campus Vida que promueve la Universidade de Santiago (USC)-, en un acto al que también asistía la entonces ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia.

Y es que ante todo Botín fue el gran benefactor de las universidades. De hecho, una de sus últimas intervenciones públicas fue el pasado mes de julio en la que anunció 700 millones de euros de financiación para proyectos universitarios en los últimos cuatro años. Así lo avanzó durante la tercera cumbre de Universia, un proyecto que se constituyó en 2000 como un espacio de difusión del saber y de intercambio de la cultura hispana a nivel internacional.

Solo un año después Botín acudía a la Universidad de Vigo a entrevistarse con su entonces rector Domingo Docampo. Fue el inicio de una duradera colaboración entre el Santander y la institución viguesa que aún se extiende hasta la actualidad.

Vigo se sumó al proyecto Universia.net y Botín ofreció a Docampo financiación para potenciar la vocación investigadora y tecnológica de sus campus.

Este ofrecimiento se concretó pocos años después, en 2004. Volvió a hacer acto de presencia en Vigo y se deshizo en elogios hacia la universidad viguesa. "Es una de las mejor preparadas por su innovación, calidad y tecnología", aseguró Botín. Este primer convenio abrió a estudiantes latinoamericanos la posibilidad de acceder a programas de doctorado on line de la institución universitaria. Además se desplegó el denominado "campus inalámbrico" y se comprometieron proyectos de innovación educativa y el desarrollo de aplicaciones para la introducción de las tecnologías de la información en la docencia, la gestión y la investigación. Todas estas medidas se concretaron en una inyección de 300.000 euros por parte del Banco Santander a la Universidad de Vigo.

Solo un año más tarde volvían a reunirse Docampo y Botín para suscribir un convenio que supondría un nuevo aporte del Santander a la universidad de 600.000 euros. Esta inversión permitió poner en marcha el carné inteligente entre los universitarios, una tarjeta desarrollada por el Santander mediante tecnología chip que cumple la función de monedero electrónico, permite realizar operaciones en los cajeros, como consultar las notas, y conlleva descuentos en una serie de establecimientos.

Años más tarde, en 2008, el banquero se presentaba de nuevo por sorpresa en Vigo, donde fue recibido por el entonces rector Alberto Gago, para supervisar los proyectos de colaboración entre ambas entidades.

De forma paralela, Botín mantuvo contactos continuos con las universidades de Santiago y A Coruña.

En Santiago, donde se celebró además en 2004 la IV Junta de Accionistas de Universia, el Santander apoyó la creación de Uninova, una incubadora empresarial para desarrollar ideas universitarias.

El último mecenazgo del Santander en Galicia se fraguó al sumarse al plan para rehabilitar la Catedral de Santiago, aunque sin la presencia de Botín en la comunidad.