Tras más de un año de profunda reconstrucción en el astillero vigués Rodman en Moaña, las primeras pruebas de mar del Xarifa ayer por la Ría de Vigo permitieron apreciar el nuevo aspecto de un velero considerado como una auténtica joya de la navegación clásica. La operación de cirugía estética practicada en la grada moañesa no solo respetó sino que agrandó el semblante glamuroso de un buque construido en 1927 del que circulan infinidad de rumores y leyendas. Desde que sirvió para rodar escenas de famosos estrenos de Hollywood hasta que embarcó a tan distinguidos pasajeros como el príncipe Rainiero de Mónaco. Su propietario, español, podrá disfrutar en pocos días de esta romántica goleta que supone la primera incursión de la factoría viguesa en la reparación de embarcaciones antiguas, una línea de negocio que factura al año en el mundo miles de millones de euros.

"Cuando llegó lo hizo navegando, pero presentaba unas pésimas condiciones. Su interior, sus velas, el entramado de cabos... Daban pena. Carecía de lo mínimo que se exige hoy en día a todos los barcos de recreo; ni siquiera disponía de medios electrónicos", apuntas fuentes de Rodman.

Botado hace 87 años por la compañía británica J. Samuel White, con sede en Cowes (Inglaterra), el casco del Xarifa - de 49,7 metros de eslora y 8,5 de manga- está construido en acero remachado cerrado en su parte superior con una cubierta de teka. Aparte de su estructura y otros elementos característicos de su clasicismo que impuso conservar el propietario, la reforma cambió radicalmente el resto del buque. Por ejemplo, su interior "no tiene nada que ver con el que tenía, sobre todo en cuanto a su habitabilidad", añaden las mismas fuentes. Estas aseguran que el astillerio trató siempre, tanto en la distribución como en el mobiliario, de que no perdiese la imagen de un velero de época.

Sin necesidad de embarcar para comprobar el remozado realizado en sus entrañas cualquiera puede hacerse una idea viendo solo su exterior. Pintado en blanco espejo de megayate, en sus primeras millas navegadas con motor, el Xarifa encontró ayer un día de sol que todavía enaltecía más su espectacular casco, una imagen que muchos pudieron presenciar desde distintos puntos de la ría. De estos curiosos surgía la inevitable pregunta: "¿De quién será?". Un dato inconfesable para Rodman. Tampoco detallan el coste de la reforma, aunque sin duda superará "varios millones de euros", agregan las citadas fuentes

A las siete de la tarde, tras salir de la ría hasta llegar a mar abierto, por fuera Cíes, el velero volvió al muelle del astillero. Para la semana que viene está previsto que aborde las pruebas de vela. Y será entonces cuando el Xarifa luzca el esplendor del que gozó antaño.