La Odisea de Pescanova en Portugal llega a su fin. Y esta vez no hay nadie en Ítaca que quiera celebrar el particular regreso después de que Manuel Fernández de Sousa decidiese instalar la mayor planta acuícola de rodaballo del mundo en la playa portuguesa de Mira, airado por no poder ubicarla en Cabo Touriñán. Según pudo saber FARO, Pescanova ha mandatado a la auditora Pricewaterhouse Coopers (PwC), la misma que elaboró el plan de viabilidad de la multinacional, la venta de la filial Acuinova Actividades Piscícolas, el nombre y los apellidos de la mayor osadía empresarial gallega de los últimos años. La empresa, que arrastra una deuda superior a los cien millones de euros, costó a la multinacional gallega unos 200.
Frente al caso chileno, cuya filial también se ha dado por perdida, el portugués es muy distinto debido al sistema de financiación que se utilizó para construir la macroplanta. Se optó por un project finance, de modo que la única garantía de los bancos son los activos y las acciones de la propia sociedad, así que pueden ejecutar los avales cuando lo consideren oportuno. El paquete accionarial de Pescanova en Mira, del 100%, busca comprador después de que las entidades españolas y las portuguesas no lograsen acercar posturas sobre la refinanciación de la planta. El rescate de la planta de Mira -ponerla 100% operativa, ya que está a la mitad de su capacidad- costaría unos 50 millones de euros, como avanzó FARO. La banca lusa no está dispuesta a asumir este coste. "Cuando se venda, su viabilidad va a depender de Insuiña", explicaron fuentes conocedoras del proceso. Insuiña es la filial de cría y engorde de rodaballo en España, y la planta de Mougás es la que nutre de alevines la factoría de Mira. "
Acuinova Chile
Por otra parte, mantener Pesca Chile dentro de la futura Nueva Pescanova habría requerido de la inyección de capital nuevo -fresh money- de al menos otros 50 millones de euros más. Es uno de los motivos por los que la banca y la propia Pescanova selló un acuerdo con los administradores concursales chilenos para facilitar la venta toda la compañía, formada por tres sociedades: Pesca Chile (pesquera) y las salmoneras Nova Austral y Acuinova. La síndico -o administradora- de esta última, Mariclara González, ha admitido la reclamación de la multinacional española, que se personó en el concurso como acreedora. De acuerdo al Diario Oficial de la República de Chile (en su edición del pasado jueves), Acuinova Chile reconoce una deuda con Pescanova de 40,16 millones de euros.
Que la empresa gallega logre recibir la totalidad de la deuda dependerá del precio que se pacte por todos los activos de Pesca Chile, ya que todas las fuentes consultadas y cercanas al proceso coinciden en que la subasta, que se ejecutará en septiembre, aglutinará a todos los activos que forman parte de la filial. Además de en el de Acuinova, Pescanova también se ha personado como acreedora en la quiebra de la matriz chilena, Pesca Chile. Por este motivo, fuentes financieras explicaron que, al margen de la mala noticia de perder una filial tan relevante como la chilena, se podría incluso obtener un "dinero extra" para completar la recapitalización de la firma de Chapela.
En España la compañía informó, a través de un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que ha solicitado el concurso de acreedores para cuatro filiales gallegas. Dos de ellas, Bajamar Séptima (Arteixo) y Pescanova Alimentación (Chapela) estaban ya en preconcurso desde el pasado 20 de marzo. Las otras dos son Frigodis y Frivipesca Chapela. La documentación en los juzgados se entregó ya hace días para todas las filiales, excepto Insuiña y Hasenosa, que no se someterán a este proceso.
