Pescanova tiene tres informes distintos de resultados del año 2012. Los últimos -y verídicos- arrojan unas pérdidas de 791 millones de euros. La empresa, aún bajo mandos de Manuel Fernández de Sousa, reconoció a la CNMV que sus números rojos eran de 20 millones al pedir el preconcurso. Pero antes, en las cuentas que entregó al consejo en febrero de 2013, el resultado era positivo en 36,38 millones de euros. El 26 de febrero del año pasado la auditora BDO entregó un dossier de 18 páginas a los consejeros que concluía: "Recomendamos al Comité de Auditoría que informe favorablemente al consejo de cara a la formulación de las cuentas". La Fiscalía ha reclamado a la auditora los "papeles de trabajo" que sirvieron para avalar unas cuentas que se han revelado como puro maquillaje. Pero BDO, en un escrito entregado en junio, dice que "no es posible".

Los documentos, "aunque sirvieron de base a la luz de la nueva información disponible, se tornaron absolutamente inútiles y fueron descartados, por lo que no se pueden poner a disposición del Juzgado", en este caso en la Audiencia Nacional, dicen los letrados de BDO en un escrito al que ha tenido acceso FARO. Fuentes próximas a la compañía pesquera consideran que "la auditora ha destruido pruebas" al suprimir los documentos de trabajo que avalaron unas cuentas incorrectas en su integridad. "La firma auditora BDO solo dispone de unos papeles de trabajo, solo tiene en su poder un único "Plan de Auditoría" aprobado y "Programas de trabajo" de todas las áreas en relación con la auditoría de las cuentas anuales de Pescanova de 2012", ahonda la auditora.

El Ministerio Fiscal, que avaló la imputación de la compañía a petición del fondo Cartesian, le reclamaba hasta once paquetes distintos de documentación, la mayor parte en relación a su trabajo de las cuentas de 2012 para averiguar cómo se había pasado por alto un nivel tan elevado de pérdidas, de deuda financiera y de agujero patrimonial. BDO defiende que, después de lo sucedido el 27 de febrero de 2013 -cuando el consejo rechazó aprobar las cuentas- "se produce un cambio de enfoque sustancial en los trabajos de auditoría". En consecuencia, "el enfoque basado en controles se descarta y se sustituye por un enfoque eminentemente sustantivo".

"Información falsa"

Fuentes jurídicas y expertas en información contable restan importancia al escrito de BDO. "Es normal", dicen, "los papeles de trabajo de 2012 y, supongo, de 2011, estaban hechos sobre información falsa". Según los mismos expertos, "esa información no aporta nada relevante, son inservibles porque están hechos sobre números incorrectos".

El hecho es que, como defienden los abogados de la auditoría, no se ha podido probar "el conocimiento de BDO en el fraude institucional y organizado en el seno de la compañía". En este punto, consideran que los testimonios del expresidente, Manuel Fernández de Sousa, como de directivos de la empresa -Joaquín Viña Tamargo, jefe de Auditoría interna-, no son "creíbles" en la causa. Asimismo, recuerdan de forma reiterada que el informe forensic de KPMG no concluye el conocimiento o colaboración de BDO en dicho "fraude".

En cualquier caso, el caso Pescanova dañó la imagen de la auditora, que tiene un expediente abierto por el Instituto de Contabilidad y Auditoria de Cuentas (ICAC), que en hasta 183 veces "no constan" los procedimientos utilizados por BDO para desempeñar su trabajo. Igualmente, la auditora nunca ha dejado de ser, pese a la crisis de la compañía, la auditora externa, y participó con Deloitte en la reformulación de las cuentas de 2011 y 2012.

Los accionistas, que se reúnen mañana en Chapela -previsiblemente, aunque la primera convocatoria es para hoy- tendrán que aceptar, entre otros puntos, las cuentas de 2011, 2012 y 2013, todas ellas con números rojos. También discutirán sobre si son cuatro o cinco los consejeros de la matriz.