Pescanova afronta la semana con el reto de que la junta de accionistas valide las cuentas de 2011, 2012 y 2013 -todas con números rojos-, autorice reducir a cuatro o cinco los consejeros y faculte al consejo a ejecutar todos los trámites incluidos en el convenio, aprobado ya en sentencia firme. Las páginas del calendario de desgajan día a día y "es preciso cumplir la hoja de ruta", indican fuentes próximas a la compañía. Por ahora la empresa ha presentado ya las peticiones de preconcurso para las filiales, según pudo saber FARO. Y lo ha hecho acogiéndose a una cláusula de confidencialidad, que permite que las solicitudes para acogerse al artículo 5 bis de la Ley Concursal no se haga pública. Esta posibilidad, explican expertos en la materia, se ha incluido en la última reforma de la ley por parte del Ejecutivo. Este voto de silencio solo es posible con los preconcursos.

De este modo, la banca cumple el primero de los puntos de su hoja de ruta, que pasaba por el refinanciamiento de las filiales españolas. Como avanzó FARO en exclusiva, tanto Harinas y Sémolas del Noroeste (Hasenosa) como Insuiña no serán sometidas a este trámite, sino que se tratará de llegar a un acuerdo extrajudicial con los acreedores. El trámite de reestructurar estas sociedades y de constituir Nueva Pescanova es, en todo caso, inexcusable. Tal y como explicaron fuentes de toda solvencia, a día de hoy los activos de la matriz son, básicamente, acciones y cuentas a cobrar a las compañías filiales. El problema es que éstas, aún estando operativas, están muy endeudadas porque gran parte del pasivo de Pescanova SA estaba garantizado -avalado- por Frinova, Novapesca o Frivipesca Chapela.

Si no se llevase a cabo la reestructuración prevista, con la creación de Nueva Pescanova y una sociedad que aglutine las subsidiarias españolas, existe el riesgo de que la banca ejecute las deudas y se quede las filiales. Y la matriz, sin sus filiales, no vale nada. "Estaría en valor negativo, con imposibilidad de asumir el plan de pagos" previsto en el convenio, explican fuentes financieras. Esto es, iría directa a la liquidación.

De manera inicial, los bancos querían dejar zanjada la petición de concurso para las filiales en junio o, excepcionalmente, en julio, toda vez alguna de las sociedades tendrá que pedir el concurso voluntario (no exprés). En este caso, Pescanova no podrá pedir la misma cláusula de confidencialidad. "Ahora mismo solo puedes saber si una filial está en preconcurso si intentas ejecutar un embargo. Entonces el juez te diría que está protegida por la figura del preconcurso", indican los mismos expertos judiciales. En paralelo las entidades continúan, con el asesoramiento de KPMG, Freshfields y Deloitte, con la renegociación de las deudas de las compañías extranjeras. Los contactos con los bancos acreedores de la planta de Mira (Portugal), están casi rotos.

Con la empresa fuera de concurso y con la Comisión de Vigilancia plenamente operativa, los bancos controlan ya el día a día de la empresa y supervisan que todos los puntos del convenio se cumplan "a rajatabla". De lo contrario, cualquier acreedor podría instar a la liquidación de la compañía.