Tras el crac bursátil de 2008 y el posterior estallido de la burbuja inmobiliaria en España, los ingresos se desplomaron y, de inicio, el Gobierno apostó por echar mano del gasto para compensar la caída de la inversión privada (con Zapatero). Pero las tornas han cambiado. "Hay un desacople entre el sector público y el privado muy evidente", expuso el profesor de la Universidade de Vigo Santiago Lago. Ahora son las empresas las que están empujando la actividad económica. El problema es cuánto tiempo puede durar esta situación en un escenario de caída de la demanda interna y del poder adquisitivo. Tanto Lago como Albino Prada apostaron por abandonar la estrategia de la deflación interna -vía devaluación salarial- y recorte del gasto público.

"Es inconveniente continuar con la devaluación salarial", expuso Prada, debido precisamente a la caída del gasto de los hogares, que tampoco se está viendo compensado a día de hoy por un empuje fuerte de las exportaciones. "Es preciso potenciar la demanda interna", además del sector exterior. "Mantener el ajuste presupuestario hasta 2018 -apostilló Santiago Lago- puede generar graves dificultades económicas para la economía gallega". Como expuso este último, en 2009 y 2010 eran las cuentas públicas las que aumentaban la partida de gasto, mientras caía de la parte privada. "Son las empresas las que empiezan a reflejar buenos datos. El sector privado se está animando", comentó.

Entre las buenas noticias está, por ejemplo, el incremento de la inversión en innovación y del espíritu emprendedor. Eso sí, "el recorte continuo en educación, de más del 15% desde 2010, no se está notando tanto como debiera por el sobreesfuerzo de los profesionales", defendió Santiago Lago, quien admitió problemas con la "formación continua" no solo a nivel gallego, sino también de toda España.

"No debemos perder la perspectiva de que hay datos preocupantes, porque las exportaciones pierden fuelle e irrumpen las importaciones, en algunos casos de forma muy sustancial", agregó Prada. El experto apostó en todo caso por guardar cautela, y explicó que gran parte de la caída de las ventas en el exterior se debe a los problemas que también están padeciendo economías muy vinculadas a la española como la portuguesa y la francesa. "Tenemos que aprender de la salida en falso de la crisis en 2010", concluyó.