Las indemnizaciones por despido improcedente -de 33 días por año trabajado, según la nueva legislación laboral- se considerarán rentas "irregulares" en el IRPF si el empleado que acaba de perder su empleo cobraba más de 21.000 euros al año. Según la última estadística disponible de la Agencia Tributaria -2011- son más de 260.000 los trabajadores gallegos que reconocen ganar más de 21.000 euros anuales en sus declaraciones individuales de la renta. Esta decisión del Ejecutivo, que la ha presentado como un mecanismo para "aumentar la equidad" en el IRPF, está en vigor desde el pasado viernes, cuando el Ejecutivo aprobó la reforma fiscal, aunque este nuevo impuesto por despido no se ejecutará hasta 2015.

De acuerdo a Hacienda, 130.206 gallegos declararon ingresos por su trabajo entre 21.000 y 30.000 euros. En el caso de un empleado que cobrase, por ejemplo, 25.000 euros anuales, la indemnización por despido rozaría los 2.300 euros por año trabajado. En ese caso, sufriría una especie de quita e ingresaría poco más de 1.650 euros. La razón es que el ministerio que comanda Cristóbal Montoro declara como "exento" el 72,72% del ingreso. Dicho de otro modo, el impuesto sería del 27,28%. Los gallegos que cobran entre 21.000 y 30.000 euros al año representan el 13,08% de los declarantes individuales del impuesto sobre la renta.

La quita en las indemnizaciones por despido aumenta según la renta y alcanza un nivel de casi el 85% para los trabajadores que ingresaron más de 150.000 euros. El segundo tramo que va a sufrir este tijeretazo en los ingresos es para los trabajadores que ganan entre 40.000 y 50.000 euros. En ese caso, el impuesto -a estrenar- será de casi un 45%. Un trabajador con ingresos de 43.000 euros, por ejemplo, tendría derecho a percibir una indemnización por despido improcedente de 3.941 euros por año trabajado. Si se le aplica la nueva tasa, su indemnización se quedará en los 1.773 euros, de acuerdo a la información conocida ayer. En este tramo hay 114.269 empleados gallegos, el 11,48% del total en Galicia. Esta tasa de "equidad" no afectará, eso sí, a la gran mayoría de declarantes individuales del impuesto sobre la renta, puesto que sus ingresos son inferiores a los 21.000 euros al año. Por tanto, el grueso de la masa laboral gallega no sufrirá esta tasa por los bajos salarios de la comunidad autónoma.