Las luchas en Irak entre insurgentes yihadistas y fuerzas gubernamentales están pasado factura ya a los mercados energéticos. El precio del petróleo ha superado en los últimos días la barrera de los 114 dólares, algo que no ocurría desde septiembre de 2013, y los precios de la gasolina y del gasóleo están marcando en Pontevedra y en el resto de España máximos del año. El Gobierno prevé además que, a la vista de la cotización del crudo, se produzcan nuevas subidas durante el verano.

La energía vuelve a estar en el corazón de las tensiones internacionales. La guerra del gas natural entre Rusia y Ucrania compromete de nuevo el suministro a parte de Europa, y la violencia en Irak y otros países de la región se ha reflejado en los surtidores de Occidente. Los de la provincia de Pontevedra ofertaban ayer los carburantes a los precios más caros del año. La gasolina se paga como media a 1,449 euros el litro, el mayor coste desde el mes de marzo del año pasado, según los datos recopilados en la web del Ministerio de Industria. Llenar el depósito de un vehículo de gasolina cuesta cerca de 73 euros, casi tres euros menos que en el mes de enero de 2013. Para el caso de un coche diésel, el impacto es más moderado (poco más de un euro para un depósito de 50 litros).

El secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, pronosticó ayer que los carburantes registrarán nuevas subidas durante el verano, a tenor del comportamiento de las cotizaciones en los mercados de futuros. Ayer, en los de Europa y EE UU el crudo registró nuevas subidas. Ocurrió después de nuevos episodios de violencia en Irak. Las fuerzas rebeldes intentaron tomar la mayor refinería de petróleo del país, si bien el Ejército iraquí informó de que había frenado ese intento. Con una producción media de 3,4 millones de barriles diarios, Irak es el segundo mayor productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El consumo

El precio del petróleo se ha instalado en estos años por encima de los 100 dólares el barril, a pesar de la caída de la demanda en buena parte de las economías desarrolladas por la crisis. En el caso de Galicia, el consumo de gasóleo retrocedió el 16,5% entre abril de 2008 y el mismo mes de 2014. El de gasolina se desplomó el 23,7%, si bien este resultado está condicionado por el proceso de "dieselización" del parque de automóviles. Esto es, que gran parte del nuevo parque automovilístico utiliza el gasóleo.

Las variaciones en la cotización del crudo suelen trasladarse de forma casi instantánea a los precios de los carburantes, pese a que se trata de resultados de mercados de futuros, donde lo que se contrata son entregas para un plazo que puede ser de meses. Ese fenómeno ha sido descrito por las autoridades supervisoras españolas como efecto cohetes y plumas. Cuando sube el petróleo, la gasolina lo hace de inmediato (efecto cohete), pero cuando baja el crudo el ahorro tarda mucho más en llegar a los consumidores (efecto pluma). Los precios también están muy condicionados por el tipo de cambio dólar-euro.