El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha destacado este martes que el esfuerzo de consolidación pendiente es "muy significativo", con una reducción del déficit hasta 2017 de 5,5 puntos de PIB (unos 55.000 millones), por lo que ha pedido revisar el gasto público y elevar la imposición indirecta.

En su comparecencia en el Congreso de los Diputados para explicar el informe anual de la entidad supervisora 2013, publicado el viernes pasado, Linde ha considerado "deseable" una mejor contribución del sector público a la actividad económica, a través de una evaluación y revisión del gasto de las administraciones, con la "colaboración activa" de las comunidades autónomas.

Linde ha subrayado que la economía española "se encuentra en el camino de afianzar el crecimiento", pero los efectos de la crisis en términos de desempleo y endeudamiento "ha sido de gran magnitud, y su absorción requerirá tiempo".

En cuanto al gasto en pensiones, ha reclamado desarrollar mecanismos "que incrementen el ahorro para la jubilación", de manera que las pensiones públicas puedan complementarse en el futuro.

Por el lado de los ingresos, y de cara a una reforma fiscal como la que previsiblemente se aprobará este viernes, ha recordado recomendaciones tanto de la comisión de expertos como de organismos internacionales de "aumentar el peso de la imposición indirecta".

Así se podrían acometer reducciones en los impuestos sobre el trabajo, en particular de las cotizaciones sociales, y reducir la imposición sobre las rentas del capital.

También deberían eliminarse bonificaciones, reducciones y exenciones fiscales, y avanzar en una mayor neutralidad de las rentas del ahorro.

Cambios -ha destacado- que además de mejorar la eficiencia "no pongan en riesgo la necesaria consolidación fiscal", cuya culminación "debe seguir siendo un objetivo prioritario".

Del lado del empleo, ha asegurado que los efectos de la recuperación "son más incipientes" pero "resultan prometedores", y ha previsto que la mayor flexibilización del marco laboral permita que la ocupación crezca a tasas que "aunque moderadas, sean relativamente elevadas" en relación con el avance del PIB.

Sobre el crecimiento de este indicador de la actividad económica del país, ha recalcado que el año podría finalizar en línea con sus previsiones, el 1,2 %, al igual que ha previsto el Gobierno.