-Asegura que UGT-Galicia rechazó convocar una huelga general en Vigo contra la entrada en prisión de los sindicalistas Carlos Rivas y Serafín Rodríguez, ¿es la gota que colma el vaso?

-Es una de las gotas importantísimas que colman ese vaso. Dos compañeros van a entrar en prisión y nuestra organización mira hacia otro lado. No se puede consentir. Pero el vaso se llenó mucho antes. Nuestras bases, desde el principio, nos empujaron a estar en los centros de trabajo y a movilizarnos continuamente en defensa de los trabajadores, y a no depender de ningún tipo de subvención, a autofinanciarse única y exclusivamente con las cuotas de los afiliados. Intentamos que la ejecutiva confederal de Cándido Méndez no se presentase; no nos hicieron caso, no nos dejaron llegar para que pudiésemos votar. Ahí comenzaron los problemas realmente gordos.

-¿A qué problemas se refiere?

-La organización está en quiebra económica, con una deuda millonaria. Desde hace dos años, no solo la UGT confederal sino también en todos los territorios. Lo hemos denunciado internamente, pero no nos han hecho caso. El sindicato se sigue financiando de las administraciones públicas, ya sea del Estado, la Xunta de Galicia, la Diputación de Pontevedra o de los concellos a través de programas en los que nuestra organización está cometiendo irregularidades. Dentro de esos programas están imputando nóminas a nuestros trabajadores por hacer unas funciones y unas labores que no se realizan. Esto también lo denunciamos, y se sigue mirando hacia otro lado. Y quieren que desde la Unión Comarcal optemos a todos esos programas y nos negamos porque vemos que es una irregularidad y un fraude.

-¿Qué tipo de programas?

-Todo tipo de programas que te puedes encontrar a los opta la UGT: orientación laboral, empleo? Todo lo que tiene que ver con la función sindical.

-¿No teme que esa acusación acabe en el juzgado?

-Para nada. No hace falta que demuestre nada. Son los órganos judiciales los que tienen que meter el dedo. Las irregularidades están ahí. Está todo muy claro. No tengo documentación ni la necesito. Son ellos los que tendrán que demostrar lo contrario. ¿Miedo de meterme en un lío? Ninguno, estoy con los trabajadores y el que haya dimitido no quiere decir que no vaya a seguir peleando y luchando. Todos exigimos un cambio.

-Tras la resolución judicial que les devolvió la unión comarcal, ¿no hubo un acercamiento con la dirección gallega del sindicato?

-En ningún momento. Una vez salió la resolución judicial, en el primer consello nacional que hubo en Santiago de Compostela yo exigí la dimisión de toda UGT-Galicia. No quise sacar muchos temas internos del sindicato, pero lo cierto, y consta en acta, es que pedí la dimisión de toda la ejecutiva gallega; por todo esto que comenté antes. Por las irregularidades y la falta de cambios que exige la sociedad. Solo hay que ver los resultados de las elecciones europeas, el mensaje que han mandado los ciudadanos. Eso realmente es lo que a nosotros se nos pedía desde las bases. Que el sindicato tenía que cambiar totalmente. Que o pegaba un cambio y estaba con los trabajadores en las empresas y en la calle, o para nuestros delegados era imposible llevar a cabo un buen trabajo sindical. Porque nuestra organización estaba mirando hacia otro lado.

-¿Las bases están de acuerdo con esta dimisión?

-Las bases son conocedoras de este tipo de cuestiones, y por eso nos exigieron ese proyecto y ese programa. Quieren que la comarca de Vigo sea una lanzadera de ese cambio, que encabece un cambio total dentro de la organización. Pero eso asusta a estos estatus, a estas élites.