General Motors asume su culpa en la muerte de 13 personas por fallos en los sistemas de ignición de más de dos millones de vehículos, por lo que indemnizará a las familias de las víctimas y despedirá a 15 trabajadores "negligentes". La firma cumplirá todas las recomendaciones del informe Valukas, en el que se describen las causas que provocaron los siniestros.