España recuperará 600.000 puestos de trabajo entre 2014 y 2015, años en los que la economía crecerá más vivamente de lo previsto, según las nuevas estimaciones que el Gobierno aprobó ayer para ser remitidas a las autoridades europeas, junto al programa de reformas que el equipo de Mariano Rajoy se propone abordar en la recta final de la legislatura. La principal de esas reformas será la tributaria e incluirá, anunció el Ejecutivo, una rebaja del IRPF que en dos años devolverá unos 4.800 millones a los contribuyentes con rentas bajas y medias.

El Consejo de Ministros analizó el llamado Plan de Estabilidad 2014-2017 y el Programa Nacional de Reformas -documentos que España está obligada a someter a examen de la UE- al día siguiente de que la Encuesta de Población Activa (EPA) reflejase que el país siguió perdiendo empleo en el primer trimestre del año. Aún así, el Gobierno reafirmó su fe en que la recuperación está en marcha y es sólida. Según las nuevas expectativas del Ministerio de Economía, el producto interior bruto (PIB) crecerá este año el 1,2% (cinco décimas por encima de la previsión anterior) y el 1,8% en 2015. Más allá, el PIB avanzará el 2,3% en 2016 y el 3% en 2017, si se cumplen unos pronósticos que el ministro Luis de Guindos calificó como "conservadores". Ayer, el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó que la economía española creció en el primer trimestre a una tasa del 0,6% interanual.

Los crecimientos citados serán suficientes, expuso De Guindos, para que España consiga una creación de empleo significativa este año y el próximo. El ministro habló de que se recuperarán en dos años 600.000 puestos de trabajo, cantidad equivalente a la mitad de los 1,2 millones de ocupados que el país ha perdido desde finales de 2011, cuando, con la economía metida en la segunda recesión de esta crisis, Mariano Rajoy llegó a la Moncloa. El Gobierno estima además que el número de parados se reducirá en ese mismo plazo en 800.000 personas, cifras que evocan el compromiso del socialista Felipe de González de crear 800.000 puestos de trabajo en su primer mandato tras las elecciones de 1982. La diferencia entre el empleo que se espera crear y la reducción del paro (200.000 personas) se explica, concretó De Guindos, por el descenso que experimentará la población activa.

La comentada generación de empleo permitirá que la tasa de paro descienda este año al 24,9% y al 23,3% en 2015. Las previsiones incluyen que el desempleo no descienda del 20% hasta 2017.

La senda de recuperación que traza el Gobierno está condicionada por los compromisos de reducción del déficit público. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, explicó ayer que el gasto del conjunto de la Administración debe seguir descendiendo en los próximos años, aunque evitó hablar de nuevos recortes. Los "ahorros", indicó, se conseguirán principalmente con la reforma de las administraciones que está en marcha bajo la dirección de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

Los ajustes por esa vía y el aumento de ingresos que se espera como consecuencia del crecimiento de la economía y del empleo bastarán, según las estimaciones de Montoro, para que el déficit español caiga este año al 5,5%, tres décimas por debajo de lo que manda Bruselas.

Y ese comportamiento de las cuentas públicas resultará compatible, aseguró el Gobierno, con una rebaja de impuestos a partir de 2015, año de elecciones generales. El Gobierno adelantó que la reforma del IRPF se centrará en aliviar la carga tributaria de las rentas bajas y medias. Supondrá devolver 4.776 millones de euros a esos contribuyentes en dos años, según las estimaciones presentadas ayer. Esa cantidad representa mil millones menos de lo que supuso, entre 2012 y 2013, la subida del impuesto de la renta aprobada en 2011 para todas las rentas.

La reforma tributaria, cuyos detalles se conocerán el próximo junio, incluirá también una rebaja del impuesto de sociedades que ahorrará 2.607 millones a las empresas, aunque el grueso de esta rebaja (2.000 millones) no llegará hasta 2016. Montoro descartó además nuevas subidas tributarias, salvo la que pueda exigir "por ley" la Unión Europea. El ministro dio a entender así que puede haber incrementos de impuestos medioambientales y otros especiales (tabaco o alcohol, por ejemplo), pero no el aumento del IVA que una comisión de expertos y la propia UE han pedido al Ejecutivo junto a una rebaja de las cotizaciones sociales que estimule el empleo.