Ahora sí, Pescanova aleja el fantasma de la liquidación. A la espera de lo que diga el juez de lo Mercantil número 1 de Pontevedra, encargado de su concurso y dueño de la última palabra. Fundamental. Del que depende que el acuerdo alcanzando en las últimas horas entre la multinacional y la banca sea factible, a través de un anexo a modo de corrección en la propuesta de convenio entregada hace mes y medio por Damm y Luxempart, ya fuera del proyecto. El pacto entre ambas partes incorpora, además de la renuncia del grupo cervecero y su fondo aliado, la principal reivindicación de las entidades financieras. Esa devolución de 300 millones de euros más de deuda para alcanzar los 1.000 millones de euros fijados al principio del proceso y que luego se quedaron fuera del documento remitido al magistrado. El nuevo está prácticamente listo y el lunes se llevará al juzgado. A 48 horas, por lo tanto, del cierre del plazo prorrogado para la votación de los acreedores.

Lo ocurrido ayer fue de nuevo una jornada intensa en el futuro del gigante asentado en Chapela. La enésima. Con otro ultimátum. El grupo de los siete bancos que lideran la negociación desde el principio insistía ante los tres consejeros independientes que apostaban por una solución conjunta que su postura pasaba por la vuelta al convenio inicial. Y así se trató en un consejo de administración de Pescanova a última hora del jueves, según aseguran fuentes cercanas a la compañía. Con el sí del órgano de decisión a la petición del G7 y la confirmación, con rúbrica sobre el papel, de Damm de su disposición a marcharse se allanó el camino.

El presidente, Juan Manuel Urgoiti, hizo llegar una carta a las entidades donde trasladaba la decisión del consejo y recogía las pautas a seguir, incluida la fecha del lunes. La distribución de la nueva inyección de capital, estimada en unos 115 millones de euros, se repartirá entre los bancos proporcionalmente al pasivo que acumulan con Pescanova, al igual que la distribución del accionariado. El reintegro de los 1.000 millones se completará con un tercer tramo de categoría junior, con lo que los 300 millones finalmente sumados dependerán de la situación de la caja para la devolución. No tendrán calidad prioritaria para evitar el impacto sobre el balance y garantizar una deuda "sostenible". Hay un importante cuarto punto. Que la banca adelantará dinero para asegurar liquidez. "No será un problema", aseguran. "Lo hemos hecho en su momento -destacan en el G7- y lo seguiremos haciendo".

"Todos estamos a una", resumen en el entorno de las entidades, una vez conocido el acuerdo y sin disimular la satisfacción por el paso dado. "Es -subrayan- muy importante". "A Pescanova no le quedaba otra, no podía seguir sin músculo financiero -apuntan desde otro de los bancos-. Es la mejor solución".

Con la formalización del anexo a la propuesta admitida a trámite, queda ahora la duda de la aceptación por parte del juez y el resultado de adhesión de los acreedores. La propuesta, para seguir adelante, tiene que conseguir el beneplácito de más del 50%. "Vamos de la mano, la empresa y sus consejeros y nosotros, con el capital necesario y un acuerdo que evita la fase de liquidación a una compañía viable y carismática", argumentan a su favor los implicados.