La asamblea de accionistas de PSA Peugeot Citroën aprobará hoy la ampliación de capital de 3.000 millones de euros que dará entrada en el accionariado al consorcio chino Dongfeng Motor (DFM) y al Estado francés, clave para garantizar la estabilidad financiera del grupo y poner en marcha el plan de recuperación que pilota su nuevo presidente, Carlos Tavares. La ampliación de capital dejará el grueso del accionariado repartido a partes iguales (14%) entre DFM, el Elíseo y la familia Peugeot, que también participará en la operación. Los Peugeot perderán así por primera vez en doscientos años su hegemonía sobre la empresa automovilística francesa, que se ha marcado como objetivo volver a la rentabilidad en el plazo máximo de dos años. El nuevo consejo también quedará definido hoy.