Al futuro de Pescanova se le ha vuelto a virar el viento, caprichoso y extenuante desde que la compañía empezó su cuesta arriba hace más de un año. La banca acreedora, que tiene más de 3.000 millones atrapados en la multinacional, accedió ayer por la mañana a "salvar" el convenio que Pescanova presentó ante el juez. Eso sí, lo hará sin Damm ni Luxempart, artífices del documento, conscientes de que no iban a recibir el apoyo de los acreedores. Un cambio de rumbo -más- que permitirá, si todos los actores ceden un poco, que la segunda multinacional de Galicia evite la liquidación. Todas las partes consultadas por FARO admiten que no será fácil. "Vamos a intentarlo", resumían fuentes de alto nivel. La decisión final se adoptó en una reunión de la banca por videoconferencia y horas después de que los mismos bancos, en un encuentro presencial, rehusaran adoptar esta misma iniciativa.

La resolución de la banca se comunicó por teléfono al presidente de la compañía, Juan Manuel Urgoiti, a los consejeros independientes, a Damm, a la administración concursal -Deloitte- y a los asesores de la multinacional, Pricewaterhouse (PwC) y Lazard. "Vamos a suplir como sponsors del convenio a Damm y Luxempart", explicaron fuentes financieras. Y serán siete, y no seis, los bancos que entren en el accionariado de Pescanova. Bankia, finalmente, vuelve al steering committee, con lo que la alianza financiera vuelve a llamarse G7.

La evolución del proceso

¿A qué se debe este cambio tan radical? La pasada semana la banca ya fue contactada por consejeros independientes de Pescanova que, "viendo que Damm no contaba" con apoyos para sacar adelante su propuesta, plantearon la posibilidad de que las entidades se hicieran cargo del convenio. La iniciativa fue analizada por la banca y caló en la cervecera que preside Demetrio Carceller. Este lunes el consejo, y por unanimidad -es decir, con el voto favorable de Urgoiti, José Carceller (Damm) o François Tesch (Luxempart)- tomó la decisión de ofrecer a la banca la posibilidad de reflotar Pescanova. Este paso, según fuentes consultadas, se hizo "en exclusiva" para "evitar la liquidación de una compañía como Pescanova". La cervecera plasmó por escrito que solicitaban el cambio para no ser los socios industriales de la propuesta de convenio, según otras fuentes. "El único propósito de Damm, Luxempart y del consejo es evitar que se liquide la empresa", explican fuentes cercanas a la compañía, que valoran el "paso atrás" de la cervecera, máxima accionista -a día de hoy- de Pescanova.

La propuesta de convenio, como es conocido, no fue aceptada por los bancos, especialmente por dos de ellos, más beligerantes que el resto. La banca propondrá "modificaciones" en el texto entregado al juez, pero todavía no las ha puesto por escrito. "Falta que plasmen en un documento cómo pretenden sustituir a Damm y Luxempart". En este punto la banca, a juicio de personas conocedoras de las negociaciones, debería plantear unos cambios que tanto Damm y el consejo puedan asumir (no pedir la recuperación de 2.000 millones de deuda, por ejemplo). Pese a los roces que la cervecera y la banca han tenido durante los últimos meses, ahora sí tendrán que acercar posturas. De ello dependerá que Pescanova se liquide o logre salvarse.

Los problemas

Desde las entidades no ocultan que existen "problemas técnicos" que podrían dificultar el asumir la propuesta de convenio dado que el juez dictó que la fecha tope "improrrogable" para votar a favor o en contra era el día 30 a las 15:00 horas. Por tanto está, en primer lugar, la falta de tiempo. Fuentes financieras explicaron a FARO que los cambios -aceptados por consejo, Damm, Deloitte y el juez- deben estar listos antes del lunes para que la banca vote favorablemente el convenio.

¿Qué falta por hacer? "Lo ideal", dice un interlocutor, "sería acudir junto al juez mostrando unidad por parte de todos". Pero antes los comités de riesgos de la banca debe aceptar las modificaciones -el convenio implica la inyección de capital-. Otro problema es que parte de los acreedores -muy pequeña- ya ha votado y, especialmente, que podrían impugnar la propuesta de convenio si se consideran afectados por las modificaciones a incluir en el documento. "Falta mucho por hacer y hay poco tiempo, pero lo vamos a intentar. La clave es el juez", insisten ahora fuentes financieras. "La intención ahora es evitar a toda costa la liquidación" que, no obstante, antes sí defendían las entidades acreedoras de Pescanova agrupadas en el G7 (Sabadell, Popular, NCG, CaixaBank, Bankia, BBVA y UBI Banca).

Durante los próximos días la actividad será frenética. "Al final Urgoiti podrá salvar la empresa de la liquidación, aunque no como pretendía de inicio", dicen fuentes del sector. El directivo asumió la presidencia el 12 de septiembre y "ha trabajado mucho" por la pesquera, coinciden varias fuentes consultadas. Con la avenencia de Damm -fue quien lo eligió para ser presidente- y Luxempart de no ser los "sponsors" del convenio, Urgoiti habrá logrado la misma "solución de consenso" por la que abogó el día que fue elegido presidente.

"Busquemos algo bueno, no en apariencia, sino sólido y duradero, y más hermoso por sus partes escondidas; descubrámoslo", dijo Séneca. El futuro de Pescanova depende que logren encontrar lo bueno para que la viabilidad sea, en efecto, sólida.