A menos de una semana para que finalice la prórroga en la fase de votación del convenio que concedió el juez encargado del concurso, en Pescanova se discute la enésima alternativa para afianzar su futuro. Una opción que nace desde el mismo corazón de la multinacional pesquera. De los consejeros independientes, salvo el presidente, Juan Manuel Urgoiti, dispuestos a impulsar un acuerdo con la banca que dejaría fuera a Damm y Luxempart. Es decir, que el grupo de los Carceller y su fondo de inversión aliado desaparezcan como socios industriales en la propuesta sometida a votación. Por todos los trámites que implica y, sobre todo, lo asfixiado del calendario, el pacto es "técnicamente muy complejo". Pero está sobre la mesa. Entidades financieras, sus asesores de KPMG y el administrador concursal analizaron ayer durante toda la tarde los pros y los contras, sin que al cierre de la edición de este periódico finalizara el encuentro y transcendiera una decisión.

La banca del G6 ve la proposición "en general" con buenos ojos. Pese a que las modificaciones en las condiciones del convenio para la recuperación de su deuda serían, de haber plácet, "residuales". El juez lo advirtió. Ni una alteración más en el proceso. Y las entidades lo saben. "Nada sustancial", mantienen, como las garantías de recobro que se llegaron a hablar en la segunda ronda de negociaciones con Damm al incrementar el tramo de los créditos de devolución segura y rebajar los que están vinculados a la obtención de beneficios. Entonces, ¿qué es lo que buscan tanto ellas como los miembros independientes del consejo del gigante asentado en Chapela?

Por encima de todo, según las fuentes consultadas, "evitar el ruido". Aunque la banca siempre ha defendido que el salto a la liquidación en Pescanova en caso de que la propuesta de convenio no lograra el sí de al menos el 51% de los acreedores no supone en absoluto el fin de la compañía. "Todo lo contrario", reiteran. Pero de lograrse la continuidad por la vía de convenio "a efectos prácticos habría muchas ventajas". También para los consejeros, como apuntan las mismas fuentes. En el entorno de las negociaciones llaman la atención de "una posible guerra judicial" derivada de la liquidación, que podría implicar responsabilidades para los que tienen un sillón en el timón de mando de la sociedad. "A la hora de reflotar una compañía -resumen- la paz social es más que recomendable".

La propuesta partió de los consejeros -Yago Méndez, Luis Ángel Sánchez-Merlo y Alejandro Legarda Zaragüeta- la pasada semana. El miércoles. Con la invitación a verse a la vuelta de las vacaciones. Ayer. Así se lo comunicaron al administrador concursal, Deloitte, que a su vez se lo trasladó a los representantes de Sabadell, Popular, Caixabank, BBVA, NCG y Ubi Banca.

"Habría que mover cielo y tierra si esto va adelante", asumen. "El esfuerzo es -continúan- inhumano". El "cambio de sponsor" implica la renuncia efectiva de Damm y Luxempart, que, según fuentes de las entidades, anunció a los consejeros su disposición a hacerlo "si ése era el problema". Y retocar todos aquellos documentos vinculados. Que la banca figure donde figuraba la empresa cervecera y el fondo luxemburgués. Cada uno de los documentos debería "elevarse" a los asesores jurídicos de los bancos, antes de formalizar el remodelado convenio y, evidentemente, anunciarlo a los acreedores para que puedan votarlo. Todo antes del inmediato día 30.