El secretario de Estado de la Seguridad Social, Tomás Burgos, anunció ayer que a lo largo del último trimestre del año se comenzará a enviar a los trabajadores mayores de 50 años una carta con los datos relativos a su situación laboral y sus expectativas de retiro. En concreto, se les facilitará la posible fecha de jubilación y cuánto cobrarían, según la legislación actual. El objetivo, señaló, es el de reforzar la transparencia y procurar que el trabajador confirme que su prestación es "justa".

Burgos también alertó de los riesgos económicos que implicaría llevar a cabo una rebaja de las cotizaciones sociales compensada con una subida de impuestos como el IVA, en línea con la devaluación interna que propone la comisión de expertos, encargada por el Gobierno, para la reforma fiscal.

Durante su participación en el llamado "Foro Cinco Días", Burgos recalcó que "reducir cotizaciones sin sustituir esos recursos plantearía un enorme problema de sostenibilidad económica". Y añadió: "Solo es posible reducir cuotas si se compensa a la Seguridad Social en la misma cuantía que pueda seguir pagando las prestaciones". Ahora bien, explicó que esa compensación "no sería un debate fácil". Según argumentó, para lograr, por ejemplo, un descenso de un punto porcentual del desempleo sería necesario una rebaja de cotizaciones de entre 5 y 6 puntos porcentuales.

Cada uno de estos puntos menos de cotización supondría alrededor de 2.000 millones de euros menos de recaudación, según fuentes de Empleo, frente a un coste mensual sólo en la nómina de las pensiones de 8.000 millones de euros. Para compensar esa caída de ingresos en la Seguridad Social habría que aumentar entre 8 y 9 puntos porcentuales el tipo efectivo de IVA, puesto que la recaudación de este impuesto equivale al 60% de la procedente de las cotizaciones. Hechos estos cálculos, el secretario de Estado de Seguridad Social se mostró contundente: "No creo que nadie esté pensando en un IVA del 29%".