El Gobierno de Italia aprobó este viernes el decreto que reducirá la presión fiscal sobre el trabajo y que costará a las arcas del Estado 6.900 millones de euros en 2014, una reducción de ingresos que estará cubierta por el aumento de las tasas a las operaciones financieras o con recortes en defensa, entre otros. Así lo anunció el primer ministro de Italia, Matteo Renzi. Se trata de la medida estrella del Ejecutivo transalpino, que consiste en la reducción del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) para permitir, así, que quienes ganen menos de 25.000 euros al año vean su nómina aumentada en 80 euros al mes aproximadamente. De este modo, el Ejecutivo pretende impulsar la demanda interna.

Por esta norma, anunciada ya el pasado 12 de marzo, el Gobierno ha tenido que estudiar el modo en el que cubrirá el descenso de ingresos que prevé esta reducción del IRPF, que comenzará a funcionar el próximo mes de mayo. En este sentido, Renzi aseguró que quienes más contribuirán a saldar esta reducción de ingresos serán los bancos y, por esta razón, anunció una subida de impuestos sobre las operaciones financieras para embolsarse así un total de 1.800 millones de euros en 2014.

De los beneficios a las empresas prevén conseguir este año 1.000 millones de euros, mientras que con el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) esperan recaudar otros 600 millones de euros. En total, y con el ajuste en la inversión en bienes y servicios, el Estado dejará de gastar 2.100 millones de euros.