El decisivo giro en el rumbo de Pescanova durante las últimas horas, ese acercamiento entre el núcleo duro de la banca acreedora y el consorcio de Damm y Luxempart, viene acompañado de la multiplicación de los contactos entre ambas partes. Por dos cuestiones elementales. La objetiva, con el calendario apuntando a la semana que viene como fecha límite en el respaldo o no a la propuesta de convenio que evite el siguiente capítulo del concurso. La también conocida, el recelo de las entidades hacia los que inicialmente iban a ser sus socios por "el engaño" entre lo pactado y lo que finalmente el grupo de los Carceller y el fondo luxemburgués plasmaron en el plan entregado al juez encargado del proceso. Esas apuradas conversaciones reabiertas desde el pasado lunes tienen mucho "de carácter técnico", como apuntan fuentes cercanas a la negociación, precisamente por "la desconfianza" que todavía reina a uno y otro lado de la multinacional. Damm ha puesto sobre la mesa mayores garantías de cobro de deuda para los acreedores financieros y mayor también presencia en el accionariado. Lo que, según alguno de los implicados, supondría elevar la recuperación de pasivo de 700 a 1.000 millones de euros, aunque otros no veían tan claro que de momento sea así.

"Hay que mirar la letra pequeña". El mensaje en el que la banca vuelve a coincidir. Los representantes de Sabadell, Popular, Caixabank, Novagalicia, BBVA y Ubi Banca se reunieron ayer para desgranar el documento que el lunes recibieron de manos de Damm y Luxempart tras un encuentro maratoniano, de más de cuatro horas, en el que las entidades se comprometieron "solo a estudiar". "Es lo que siempre hemos hecho", aseguran. Primero hubo cita Juan Manuel Urgoiti, presidente del gigante pesquero con base en Chapela. Después, con el consorcio que, de lograr un acuerdo, asumirían, como estaba previsto, el papel de socios industriales.

De nuevo ayer, tanto por la mañana como por la tarde, se repitieron las conversaciones. A la espera de concretar cuánto mayor sería esa cuota del accionariado de Nueva Pescanova, la banca asegura que Damm apuesta ahora por incrementar de 400 a 500 millones el tramo senior de los créditos a recuperar, los que se pagan sin ningún condicionante; y rebajar el montante de los junior, los que se pagan en función de los resultados del negocio, de 300 a 200 millones.

Pero, ¿cómo puede encajarse eso con la propuesta de convenio, ya aceptada por el juez y, teóricamente, sin margen para cambios? En esas conversaciones, según fuentes del grupo de bancos, Damm avanzó su intención de pedir por escrito al juez "modificaciones", que, además, mantienen otras fuentes, podrían encauzarse a través de las filiales. Que no están en concurso. Ahí está otro de los elementos de batalla entre ambas partes: las entidades insisten en que no están dispuestas a aceptar los concurso exprés de las filiales, "por la mayor quita y mayor control para Damm" que supondría. "Y porque además llevamos diciendo por activa y por pasiva que estamos dispuestos a renegociar los créditos de estas firmas", añaden.

Ése es el ejemplo que dan además para mostrar su voluntad de revisar los plazos en la amortización de los 18 millones de euros pendientes de la inyección urgente de 56 millones que salió de seis bancos el pasado junio para evitar el colapso del negocio. Deloitte urge una moratoria para no quedarse sin dinero en la caja. La fecha de vencimiento es el inmediato día 28. "Ubi siguió durante todo este tiempo con sus líneas de financiación, pese a las facturas falsas que en su momento le endosaron", explican en el corazón del pool bancario, a modo de muestra de que "el compromiso existe". "No solo eso -continúan- es que probablemente habrá que aprobar más líneas".

Nadie descartaba a última hora de ayer que sea cuestión "de horas" que se pueda llegar a un preacuerdo. "De las discusiones técnicas habrá que pasar a la última palabra, que está en lo más alto de las entidades", recuerdan.