Una de las advertencias que Deloitte hace en su informe de evaluación sobre la propuesta de Damm y Luxempart tiene que ver con los buques de Pescanova. Un "elemento fundamental en el devenir del negocio pesquero del Grupo", constata el documento. Para los administradores concursales el número de buques es "suficiente en número y capacidad, pero con un nivel alto de antigüedad". Como ya publicó este periódico, la flota tiene una edad media superior a los 30 años, y algunos de los buques -sobre todo en Namibia- son de finales de los años 60.

La propuesta de convenio de Damm sí hace referencia al dinero que se destinaría para renovar los buques, pero sería a largo plazo. Para el caladero africano, por ejemplo, prevén destinar "hasta 4 o 5 millones" anualmente, pero para el periodo 2020-2026. Para el del Cono Sur (Malvinas, Uruguay, Argentina) tendrían que esperar hasta 2022, cuando el consorcio inversor destinaría entre 8 y 10 millones. Eso sí, ese dinero sería tanto para "renovación de flotas" como para acometer mejoras en plantas de procesado. La antigüedad de los buques reduce de forma considerable la rentabilidad de una nave y, como explica Deloitte, hace "necesaria una inversión en reparaciones" o "mantenimiento".