A menos de una hora para el cierre del plazo, una procuradora de Pescanova entregaba en el registro de los juzgados de A Parda, en Pontevedra, la propuesta de convenio con los acreedores y el plan de viabilidad para su salida del concurso. Un acuerdo a tres bandas entre la propia multinacional, los bancos españoles con mayor volumen de pasivo y el consorcio de Damm y el fondo Luxempart, que finalmente se centra en el rescate del negocio español. De la matriz y sus filiales nacionales, según confirmaron a FARO fuentes conocedoras de la estrategia a seguir a partir de ahora, siempre que el respaldo entre todos los que acumulan deuda de la compañía alcance al menos el 51%. Esa decisión de priorizar la salvación del negocio doméstico y marcar distancias con el resto del grupo -especialmente Chile y Portugal- deja la inyección de fondos nuevos en 150 millones de euros, de los que el 70% correrán a cargo de las entidades financieras -que deberán encajar una quita de entre el 63% y el 73% en sus préstamos- y el 30% a medias entre los dos socios industriales. Y por ahí podrían rondar los porcentajes de capital en el accionariado que cada uno manejará.

El plan también mantiene la sede del grupo en Chapela y garantiza el empleo en Vigo.

Ese reparto de la propiedad queda pendiente de cómo se articulen los 105 millones de euros que desembolsa la banca del llamado G7 -Sabadell, Popular, NCG, BBVA, Bankia, Caixabank y Ubi Banca- y los 45 restantes por parte de la cervecera y el fondo luxemburgués. Cuánto en capital convencional y qué parte en deuda sénior. "Se analizará en estos próximos días", aseguran en el entorno de la banca. Una decisión importante no solo por la fotografía final del accionariado, sino también porque eso marcará la prioridad de recuperación del dinero prestado.

A más crédito, menos inyección en forma de capital, con lo que eso podría rebajar la presencia de los bancos en su papel de socios, pero sin que vaya a cambiar su posición mayoritaria. Incluso las primeras estimaciones apuntan que su paquete conjunto alcanzaría un 67% del total. Y todo con el hueco que se deja para el guiño a los minoritarios. Será de un 5% para evitar así que sus títulos queden reducidos a un valor cero en la operación acordeón -reducción de capital primero para asumir pérdidas y ampliación al instante- prevista.

La premisa es clara. "Todo para la columna vertebral de Pescanova, nada de filiales", aseguran las mismas fuentes. Los problemas acumulados con las quiebras en el negocio exterior son "demasiado pesados" para que el buque asentado en Chapela resista. "Esto no puede convertirse en una barra libre, en una manguera sin fin", ilustran. Los tres protagonistas del convenio apelan a la reestructuración de deuda en esos casos, incluido Pesca Chile y sus dos firmas adheridas -Acuinova y Nova Austral-, pese a que la flota aporte el 33% de las capturas del conjunto del holding y de los 187 millones de euros invertidos allí desde 2007.

La otra cara de la moneda son los 500 millones de dólares, unos 364 millones de euros, que supone el rescate de Pesca Chile. De hecho, como publicó FARO, el síndico encargado del concurso sostiene que la venta sigue adelante con "total normalidad".

Con el foco puesto en las empresas de Pescanova asentadas en España, los encargados de la propuesta defienden el compromiso con el empleo y la actual sede de la compañía. ¿Existe la posibilidad de que sean necesarios más fondos? "No se puede descartar, para nada, pero por lo pronto vamos hacia delante", apuntan. "Lo veremos -añaden desde otra de las partes implicadas en el proceso- cuando toque".

A partir de ahora, el administrador concursal, Deloitte, tiene un mes para solicitar cualquier aclaración que considera oportuna y abrir el camino a la votación por parte de los acreedores. La propuesta de Pescanova, banca y Damm tiene garantizado el visto bueno de "entre un 40% y un 45%" del total por el enorme peso de las propias entidades financieras -las portuguesas también les avalan- y "parece posible" que se llegue al 51% necesario.

Entre los siguientes pasos a dar está la elección de un consejero delegado. "Lo habrá", sostienen varias fuentes, que achacan a los bancos la idea de reforzar la cúpula con un alto cargo que asuma las riendas del día a día de la compañía. El G7 nunca ocultó su gusto hacia los dos expertos de Deloitte colocados como administradores concursales, especialmente Senén Touza, pero a estas alturas, "y aunque empiezan a sonar nombres", ni hay decisión ni se le espera inmediatamente.

"Hay motivos para estar satisfechos, se abre un camino de futuro a Pescanova", aseguraba ayer el conselleiro de Economía e Industria, con el compromiso del Gobierno gallego de "seguir apoyando" a la multinacional pesquera. Francisco Conde mira "con optimismo" la situación, pero "prudente" respecto a lo que toca ahora. "La Xunta apuesta por Pescanova -resume- como una unidad de negocio y esperamos que la propuesta responda a ese planteamiento".