La banca acreedora de Pescanova ultima y defiende su propuesta por la pesquera gallega, con una quita de la deuda sobre el 60 %, la capitalización de la deuda -que le convertiría en el primer accionista con el 90 % de los títulos- y una inyección de capital de unos 200 millones de euros.

Así lo han indicado a Efeagro fuentes cercanas a la compañía, quienes han detallado que esta propuesta está apoyada por el 50 % de los bancos acreedores, entre ellos el pool negociador (Sabadell, Popular, Bankia, NCG, CaixaBank, Santander, BBVA y UBI Banca, la entidad italiana que se ha visto afectada por endoso de factoring).

Otras entidades extranjeras que siguen con interés esta propuesta, y que podría sumarse a ella, son HSBC, Rabobank, Deutche Bank y Commerzbank.

Ahora la banca ultima su propuesta, sobre todo el porcentaje de la quita, que dependerá directamente de la aportación de capital inicial que realizarán los bancos, que inicialmente se situaría cerca de los 200 millones de euros.

Junto a la propuesta de la banca, figuran otras dos: la de los accionistas de Pescanova, Damm y Luxempart, junto con los fondos de inversión KKR y Ergon Capital Partners; y la de los fondos de inversión Centerbridge y BlueCrest, aunque ambas propuestas plantean una quita superior al 80 %.

La administración concursal de Pescanova, Deloitte, tendrá ahora que sopesar tanto las propuestas como las adhesiones por parte de los acreedores a cada una de las propuestas presentadas.

El plazo límite para la presentación de las propuestas terminará el 28 de febrero de 2014, por lo que se admitirán los escritos hasta las 15:00 horas del 3 de marzo.

La fecha tope para presentar adhesiones o votos en contra a las propuestas de convenio será el 31 de marzo de 2013, por lo que "si se presentan mediante escrito que incorpore el instrumento público mediante el que se hayan efectuado en plazo, podrá verificarse hasta las 15:00 horas del 1 de abril de 2014.

Pescanova se encuentra en concurso de acreedores y su deuda financiera ronda los 3.000 millones de euros (3.500 millones si se cuentan los bonos), con más de un centenar de bancos acreedores.

La empresa gallega tiene proceso abierto en la Audiencia Nacional en el que también está imputada gran parte de la antigua cúpula directiva encabezada por su expresidente, Manuel Fernández de Sousa.

La crisis de Pescanova sorprendió a banca y proveedores, y al propio organismo supervisor al haberles ocultado su deuda y haber declarado ventas ficticias con el objetivo de lograr financiación bancaria.

Para ello, la pesquera utilizó créditos documentarios con recurso de los que respondía Pescanova (1.857 millones); un "factoring" sin supervisar al que debía hacer frente la pesquera y 14 firmas que hacían el 80 % de las ventas de Pescanova (la mayoría facturas falsas).

Pescanova declaró en los años 2011 y 2012 unas ventas de 625,84 y 703,34 millones de euros, de las que el 77 % y 80 %, respectivamente, eran ficticias, es decir se realizaron con sociedades instrumentales con el objetivo de lograr financiación mediante el descuento de facturas en los bancos, según KPMG.