Juan Carlos Castro, socio de KPMG Abogados, es uno de los mayores expertos en tax lease de España. Lleva más de diez años asesorando en este tipo de operaciones y tiene vía directa con los inversores a los que Bruselas ha puesto en el ojo del huracán.

-¿Es conveniente plantear ya un recurso contra la resolución de Bruselas?

-No se puede. Hay que esperar a que ésta aparezca publicada en el boletín de la UE, algo que podría ocurrir dentro de cinco días o en septiembre. En el caso francés tardaron cinco meses.

-¿Se recurrirá finalmente?

-Sinceramente, creo que dependerá de la cantidad a devolver. Si es mínima habrá inversores a los que no les merezca la pena, pero si la cantidad es importante lo harán. Aunque dada la sorpresa y el enfado de algunas empresas... De todas formas, habrá que esperar. Ahora lo único que tenemos es una rueda de prensa y una nota.

-¿Tan rentable era este sistema para los inversores?

-La rentabilidad era buena, de un 7% o un 8% anual, pero no era un pelotazo, ni muchísimo menos. Creo que lo reconoció el propio Almunia.

-Los argumentos jurídicos del frente español, ¿son suficientes para ganar el recurso?

-Uno es incontestable y hay jurisprudencia del Tribunal de Luxemburgo, y es que el que tiene que devolver una ayuda ilegal es quien se ha beneficiado de la misma. En el caso del tax lease se obliga al inversor a devolver la totalidad de la ayuda cuando éste ha dado el 90% de la misma.

-¿Hubo confianza legítima?

-Cuando se abrió expediente a Francia las autoridades españolas preguntaron si había algún problema con el tax lease y se nos dijo que no. Y en 2009, como consecuencia de las denuncias que se estaban presentado, la ministra de Transportes de Noruega preguntó a la entonces comisaria de la Competencia si pasaba algo con el tax lease que sus armadores estaban preocupados, y ésta le dijo en una carta que no veía razones de ayudas de Estado ilegales. Eso crea confianza legítima.

-Almunia desechó esa carta.

-Dice que era una carta privada, que no la conocía nadie. ¿Cómo que no? Quien la aporta al expediente somos nosotros. ¡Sabemos que existe! Luego está el hecho de que no nos abriesen expediente hasta 2011... Hay bastantes argumentos y de mucho peso como para que se gane.

-El nuevo tax lease, ¿es muy diferente al anterior?

-Es más complejo, más difícil de aplicar. Pasamos de una rentabilidad del 27%-28%, dependiendo de la operación, al 21%-22%. Al inversor lo obligan a tener relación con el buque, el proceso es más largo... pero al final es parecido. La diferencia es que éste se ha comunicado y el anterior, no, aunque solo una parte.

-¿Costará mucho recuperar la confianza de los inversores?

-Creo que sí. Dependerá mucho de lo que ocurra con las devoluciones. Hay inversores que nos llaman y les explicas dos veces lo que ha pasado y no se lo creen. ¿Cómo tengo que devolver ocho veces el beneficio que he sacado menos una parte que es legal? Hay mucha irritación. Cuando empezamos con estas operaciones, hace diez años, el Ministerio de Hacienda quería conocer al inversor, hablar con él... Y nos tocaba ir con él, que a veces eran empresas muy importantes, a Tributos. Por mucho que les digas que el nuevo sistema es perfecto, si al final tienen que pagar, no creo que vuelvan.