Patronal y sindicatos del metal de Pontevedra retomaron ayer las negociaciones para el convenio del sector, en un encuentro en el que quedó patente que las posturas de ambas partes están muy distanciadas. La parte empresarial propuso "una negociación coherente con los tiempos actuales de crisis", e incidió en la intención "inequívoca" de desarrollar una negociación "basada en la competitividad, la productividad y el ajuste de los costes laborales", según explicó Enrique Mallón a FARO. Las empresas aseguran que el ajuste no debe ser solo salarial, sino que debe aplicarse para eliminar la "eficiencia en los procesos productivos y en las complicaciones a la hora de establecer determinados turnos de trabajo".

Para los sindicatos, por contra, los salarios "ya son suficientemente bajos" en España, con lo que rechazan ganar competitividad a costa de rebajas salariales, constató Serxio Fontanes (CIG Metal). El convenio tendrá previsiblemente una aplicación de tres años, y las partes retomarán los contactos el próximo 13 de junio.