Ni los recortes ni las subidas de impuestos le sirven al Gobierno para controlar el déficit público, que en los primeros cuatro meses del año fue de 25.007 millones de euros, el 1% más que en el mismo mes del año pasado. Este desfase entre ingresos y gastos es el mayor de la serie histórica publicada por la Intervención General del Estado, que arranca en 2002, y representa un déficit del 2,38% del PIB.

La brecha entre los ingresos y los gastos públicos se siguen acrecentando. Así, mientras se ingresaron 30.911 millones, el 1,2% más que hasta abril del pasado año, se gastaron 55.918 millones, el 1,1 % más.

La recaudación del Estado por impuestos directos registró una caída del 11,5%, con un descenso del 5,3% en el IRPF (hasta 26.518 millones) y del 37,1% en el impuesto sobre sociedades (2.347 millones). Por impuestos indirectos, el Estado obtuvo 14.125 millones, el 13,1% menos, con una caída del 4,7% en el IVA (hasta 19.980 millones) y del 2,7% en los impuestos especiales (5.929 millones). Todo ello reflejo de la dura recesión económica y la falta de actividad del país.

Los intereses devengados hasta finales de abril ascendieron a 9.082 millones, el 11,8% más que en el mismo periodo de 2012.

Asimismo, se registraron incrementos en las prestaciones sociales distintas de las transferencias sociales en especie con un gasto de 3.487 millones, de los que 3.376 se debieron a las pensiones de clases pasivas, que crecieron el 5,5%. Los gastos de personal, 7.965 millones, disminuyeron el 1,1 %, con un descenso del 6,4 %